El Minero Negro
Un matrimonio llega a un poblado llamado Pueblo Nuevo, a casa de la Sra Rita, es Ignacio Jiménez y su cónyuge..
Eran terminando los años 60. Era Ignacio Jiménez más conocido como el Minero Negro por su tez oscura, es pirquinero , entre Pueblo y Los Mantos busca la veta dorada,en la mina la diabla, y también su caminata hacia una nueva veta en la cantera de Los Mantos se transforma diariamente en tierra y roca y no encuentra el metal codiciado por todos , allí en esa tierras húmedas .
Eran terminando los años 60. Era Ignacio Jiménez más conocido como el Minero Negro por su tez oscura, es pirquinero , entre Pueblo y Los Mantos busca la veta dorada,en la mina la diabla, y también su caminata hacia una nueva veta en la cantera de Los Mantos se transforma diariamente en tierra y roca y no encuentra el metal codiciado por todos , allí en esa tierras húmedas .
El Minero Negro, se confunde su rostro con sus tachos puestos al fuego vivo, para transformar el agua en agua de cazuela negra, de regreso desde la cartera mantina.
El Minero Negro al regresar al encuentro con su bella Sra, encuentra vacío esas piezas de tierra, paja, chilca , con palos de acacias y álamos , y techo de zinc, sin cielo , y sus paredes interna y externa pintada de cal , penca de tunales y sal , y agua , su blancura de su hogar , hace contraste con su rostro oscuro , emergen tonos de aquellos metales en suspensión en el aire, que algunos caprichosos rayos solares, inundan las paredes, de chilca, paja, barro, y cal, y sus huellas quedan en dicho hogar del pirquinero Ignacio Jmenez , sus ojos recorrían cada rincón de ese hogar prestado, su bella Sra había huido con un rival de amores, una lágrima corrieron por su rostro duro de hombre acostumbrado a luchar por su sustento diario.
Esa noche fue fría , no tenía a nadie que acariciar y amar, sólo están esa frías sabana de sacos harinero, y esas paredes cubiertas con algunos hojas del
vea, y otras revistas de épocas pasadas, la vela se consumió por completo en aquella palmatoria de enlozado blanco.
vea, y otras revistas de épocas pasadas, la vela se consumió por completo en aquella palmatoria de enlozado blanco.
Esa noche fue oscura , ni siquiera la coqueta luna vino asomarse en aquella ventana de madera que trataba de detener el frío de aquella noche solitaria. Ignacio el Minero Negro, toda la noche en sus mente y presente, estaba su amor ausente.
Se levantó a orinar en aquella cantora enlozada, el había comprado en la gran ciudad de Ovalle en Grandes Tienda La Campana, un juego completo de enlozado, esa noche el único sonido era su orina que caía , en aquella cantora y afuera los grillos le cantaban a la oscuridad.
Pronto el gallo comienza a despedir la noche y le da la bienvenida al amanecer, Ignacio no durmió,se levantó y abrió la ventana y llegó la luz a su hogar , miró y sólo estaba la soledad y esperanza en aquellos rincones de su hogar arrendado.
Miro una colchas en el suelo, de tierra, en la puerta un chuzo era su cerradura, y en la puerta cuelga un moño de ajo, y una cuelga de sabila para alejar al maligno.
Un dia martes 13 , encuentra una pepita de oro, al lado de una flor de cardenal amarillo, en la quebrada después de la bajada, de la torrentosa quebrada mantina.
Ignacio sonríe, y se sube en la micro de Don Jorge Roco, y se viene a la gran ciudad a vender la pepita de oro.
Un dia martes 13 , encuentra una pepita de oro, al lado de una flor de cardenal amarillo, en la quebrada después de la bajada, de la torrentosa quebrada mantina.
Ignacio sonríe, y se sube en la micro de Don Jorge Roco, y se viene a la gran ciudad a vender la pepita de oro.
luego con el billete largo , sus pies lo lleva a la Tienda La Tentación. y se compra una Radio a pila , japonesa de estuche de cuero cafe, am y onda larga, marca sanyo .
Ignacio orgulloso, con su nueva compra, en el mercado municipal, lo atraen los olores a comida casera, condimentada , como lo hacía su amada ausente, por inercia su cuerpo de tez oscura, con su camisa celeste, y sus pantalones de hilado de lana de oveja , de la ciudad sureña Tome, su zapatos negro , como su piel, y una manta Castilla , por el frío de invierno, y su sombrero de paño de color gris, siempre con la sonrisa en sus labios, no era de gran altura, era bajo , pero de cuerpo ágil, sus músculos eran de acero, por su trabajo de pirquinero , y recordaba su suerte de encontrar aquella pepita de oro ,que quedó después del temporal de invierno, mira al interior del RESTAURANT El quita pena, y llena la barriga, aún los olores dejan volar sus recuerdos, ve a su amada y su hijo, y ese calor de hogar arrebatado, por un rival de amores.
Una voz de una buena moza , lo hace regresar al punto, la buena moza de voz de ángel , y ojos cristalinos y sus cabellos en trenzas de color azabache , y sonrisa de marfil andino, del color de aquellas nieves eternas , que también conoció , en su tiempo de crianceros de caprinos , con su padre, ya fallecido.
Ignacio orgulloso, con su nueva compra, en el mercado municipal, lo atraen los olores a comida casera, condimentada , como lo hacía su amada ausente, por inercia su cuerpo de tez oscura, con su camisa celeste, y sus pantalones de hilado de lana de oveja , de la ciudad sureña Tome, su zapatos negro , como su piel, y una manta Castilla , por el frío de invierno, y su sombrero de paño de color gris, siempre con la sonrisa en sus labios, no era de gran altura, era bajo , pero de cuerpo ágil, sus músculos eran de acero, por su trabajo de pirquinero , y recordaba su suerte de encontrar aquella pepita de oro ,que quedó después del temporal de invierno, mira al interior del RESTAURANT El quita pena, y llena la barriga, aún los olores dejan volar sus recuerdos, ve a su amada y su hijo, y ese calor de hogar arrebatado, por un rival de amores.
Una voz de una buena moza , lo hace regresar al punto, la buena moza de voz de ángel , y ojos cristalinos y sus cabellos en trenzas de color azabache , y sonrisa de marfil andino, del color de aquellas nieves eternas , que también conoció , en su tiempo de crianceros de caprinos , con su padre, ya fallecido.
Ella le pregunta señor que se va a servir, nuevamente los aromas, lo hacen mirar hacia la cocina, iluminada por el brillos de las ollas, verdaderos .
Cree ver a su amor ausente, pero es solo un espejismo. Continua saboreando aquella deliciosa sopa hogareña.
El tiempo corre, y Don Jorge le dice es hora de regresar
Sr Ignacio, se embarca en aquella micro rumbo a su soledad, pero ahora , la radio sony a pila, sera su compañía, su amiga, tendrá voces para escuchar.
Sr Ignacio, se embarca en aquella micro rumbo a su soledad, pero ahora , la radio sony a pila, sera su compañía, su amiga, tendrá voces para escuchar.
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