lunes, 18 de octubre de 2021

Páginas Amarillas

Miro las flores
en primavera,
tú eres la más
hermosa de las
flores del jardín.

Eres suaves 
como pétalo 
de un rosal,
con aroma 
a mujer.

Creación de Dios,
eres tú mujer,
llegaste del Edén.
al este del paraíso.

En tu pecho 
una rosa roja,
que quiero
con mis manos,
coger , mis labios
quieren besar.

domingo, 17 de octubre de 2021

SLE Alham du Lilah

Es conocido internacionalmente por su trabajo fotográfico en distintas partes del mundo, y es considerado el mejor de su área en Chile. En la cúspide de su carrera, y movido por su incesante afán de hallar la espiritualidad, decidió vivir de forma definitiva en Ovalle y Tulahuén hasta el día de su muerte.

Se podrá pensar que es ficción, pero lo cierto es que Sergio Larraín Echeñique -nacido el 5 de noviembre de 1931- decidió hace alrededor de 40 años atrás, radicarse en la provincia de Limarí para vivir entre Ovalle y Tulahuén (pueblo cordillerano de Monte Patria).

Se desconoce cuántos periodistas vieron frustradas sus intenciones de obtener de él una entrevista. Desde aquel entonces, nunca más las dio. Llegó un momento en el que decidió renunciar a la fama que tenía y a todo lo que eso conlleva. Prefirió entonces, dedicarse a buscar y construir su felicidad al pie de la montaña.

En principio, y para contextualizar: la primera etapa de su vida. Fue uno de los cinco hijos nacidos del vínculo matrimonial de Mercedes Echeñique y del reconocido arquitecto nacional, Sergio Larraín García-Moreno.

Estudió fotografía en la Universidad de Míchigan (EEUU), luego de abandonar en el mismo país la carrera de Ciencias Forestales y Ambientales.

En 1959, entró como miembro asociado a la Agencia Magnum Photos, luego de recibir una invitación del también fotógrafo francés, Henri Cartier Bresson (considerado el padre del fotoreportaje), transformándose así en el primer latinoamericano, y hasta la fecha, único chileno en formar parte de tan prestigiosa agencia. Fue impresionante lo que logró con su Leica IIIC; con ella recorrió Europa, Egipto y Medio Oriente, por nombrar algunas partes del mundo en las que estuvo. Logró capturar con su lente a la mafia siciliana en Italia; así como también la boda del Sha de Persia con Farah Diva, logrando portada en la revista Paris Match y con ello, reconocimiento mundial.
 
  Cuatro años después de su ingreso a Magnum, publicó su primer libro “El rectángulo en la mano”, y efectúo un aporte fotográfico a libros de Pablo Neruda y Violeta Parra, con quienes mantenía vínculos de amistad. Colaboró también con instituciones como el Hogar de Cristo y Fundación Mi Casa, para apoyar a los niños que viven en situación de calle.

Publicó nuevos libros, y sus fotografías formaron parte de diversos medios de prensa, entre ellos, Life, The New York Times, Paris Match y “O Cruzeiro” de Brasil.

En 1960 contrajo matrimonio con Francisca Truel, y al año siguiente, nació su hija Gregoria.

Si hay algo claro en la vida de este artista, es que desde niño tuvo interés en cultivar su espíritu; en algún momento incluso pensó en ser sacerdote.

Cuando tenía 15 o 16 años, conoció en la Plaza de Armas de Santiago al español Ricardo Gálvez, quien lo conducirá hasta el libro “La vida impersonal” del escritor estadounidense Joseph Benner, obra que consideró transcendental, y que formó parte de su selecta biblioteca espiritual objetiva.

En febrero de 1968, época en la que la Larraín estaba en la cúspide de su carrera como fotógrafo, se va a vivir a Arica, motivado por las ideas que proponía el boliviano Óscar Ichazo a través de su escuela mística, conocida como la Escuela de Arica. Allí conoció a Paz Huneeus, con quien tuvo a su segundo hijo, Juan José.

Ichazo, quien había recibido formación en Kabul (capital de Afganistán), sostenía que el condicionamiento social y la formación del ego le impedían a los seres humanos conocerse a sí mismos, a los demás y al mundo.

Desde ese entonces y hasta su muerte, Sergio Larraín practicó y enseñó yoga, ideando incluso, un metodología propia, que aun practican sus adeptos.  
 
En Arica también conoció a una amiga cuya madre era propietaria de la casa que más tarde compraría en Tulahuén. De hecho, ella lo invitó a conocer la localidad. “A mí papá le encantó el pueblo, se enamoró del lugar. Encontró que era como lo que él quería como lugar ideal para vivir”, relata su hijo Juan José, quien en la actualidad tiene 42 años y está radicado en Tulahuén.

Sin duda esa época simboliza un antes y un después en la vida de Sergio Larraín, porque apenas supo que la casa en Tulahuén estaba en venta, decidió comprarla. Previamente, había estado viviendo en distintos sitios, entre ellos, Francia (pasando un periodo con Gregoria), Santiago y Viña del Mar.

A fines de los 70’ llega a Tulahuén en compañía de su hijo Juan José, con pretensiones de iniciar allí una nueva vida, pero han de pasar un par de años para que esta idea se materialice, y adquiera además una casa en el centro de Ovalle, específicamente en calle Socos, donde actualmente hay un estacionamiento de vehículos, (entre Miguel Aguirre y Arauco).

En ambas viviendas, pasaría el resto de su vida, alejado de la escena mediática en la que estuvo inserto por tantos años.

Vivió como uno más de nosotros. Esto si consideramos que gran parte de la población limarina habita en zonas rurales, y se toma como ejemplo que es parte de nuestra idiosincrasia ver cómo a diario entran y salen de la Feria Modelo, las micros a diversos destinos. Gran parte de sus viajes entre ambos domicilios fue así. En cuanto se bajaba en Tulahuén, caminaba por el callejón “Los Guindos” para internarse en lo que él denominaba su casa hurto, donde tenía su jardín zen y su celda de monje donde meditaba; todo rústicamente adornado, dando cuenta de una simpleza y belleza única. Su vivienda en Ovalle era similar, allí tenía a Gracia y Satori, dos patos que alegraban sus días.

Era frecuente verlo entrar y salir del correo, donde enviaba y recibía cartas de diversas personas, y de distintas partes del mundo. Almorzaba en el ahora extinto restaurant La Central, donde pedía una cazuela, o si era de mañana, un café con leche y tostadas con mantequilla. Así también con otros tantos lugares.

De a poco se fue vinculando con la gente, y ya había iniciado la escritura de sus primeros textos dedicados a Kínder Planetario. “Ese concepto salió del Arica. Se le puso Kínder Planetario a la gente que según el concepto de la gente de Arica, no habían despertado todavía en el sentido. No habían tenido un despertar en la conciencia. De tomar conciencia de la realidad. Tomar conciencia de lo que te rodea; de que eres uno más en el universo, en el planeta, y de que tus actos también influyen en todo tú entorno”, específica Juan José.

Larraín comenzó a enseñar yoga artesanal de forma gratuita en la Casa de la Cultura de Ovalle, hasta que en 1997, con el terremoto, esta se vino abajo, estando precisamente él ahí. “Después del terremoto nos fuimos a la Villa Los Naranjos (población de Ovalle)”, recuerda Oscar Gatica, quien conoció a don Sergio a principio de los 90’, precisamente en la Casa de la Cultura. “Él estaba sentado en un poncho chilote con un montón de libros, con una campana, una palmatoria, una flauta dulce, y el asiento tibetano”, relata. Y agrega que a medida que fue pasando el tiempo, él les enseñó “fotografía, pintura, poesía, cocer libros, todo”.

Obra insigne de Larraín, considerada por el mismo como la primera fotografía mágica. Las dos niñas avanzan por el pasaje Bavestrello en Valparaíso. (1959).
 
Larraín tuvo amistades en Ovalle. Uno de ellos, Iván Ramírez, quien al momento de conocerlo no tenía idea quién era, y cuando lo supo, respetó la voluntad de Larraín de no dar cuenta de su pasado. “Era un hombre comprometido con lo que quería. Decidió darle un vuelco a su vida. Dedicarse a la meditación, y a propagar sus ideas. Y fundamentalmente: el yoga”, declara.

Quien también lo conoció fue el periodista ovallino Mario Banic, quien por aquel entonces era el editor de Diario El Día, y corresponsal de El Mercurio. Sus primeras conversaciones iniciaron en la librería Libro Centro, que se ubicaba en la Galería Yagnam. “Yo nunca oculté mis intenciones iniciales de hacerle una entrevista; sabía claramente que él era una especie de mito viviente. Él de partida me dijo que no daba entrevistas”, y ante esto, Banic confiesa que de a poco fue declinando su insistencia, a medida también, de que iba creciendo su cercanía

Satori es un término japonés empleado ampliamente por Larraín en la fundamentación lógica de sus planteamientos artísticos, y simboliza: estar en paz.

Fue esta última etapa de su vida donde adquirió como hábito escribir. Y escribía poesía, así como también ideas de tinte social que proponen en definitiva, hacer de este planeta un lugar más ameno. “Él quería aportar a un cambio social”, establece Juan José.

En la fundamentación social, Larraín proponía la existencia de grupos interdisciplinarios coordinados entre sí; que existieran al mismo tiempo en todas las regiones, y que fueran quienes estuvieran a cargo de dirigir el curso de la sociedad toda.

Esto combinado con una serie de planteamientos, que cohesionados, le parecían a él, podían tener éxito.

Otro punto importante es el que se refiere a bajar los índices de sobrepoblación “es la única forma de terminar con la miseria, la delincuencia y la violencia”, argumentaba en unos de sus libros.

Igual de preocupante para él era el daño al ecosistema, vinculado también con los factores antes mencionado.

El legado que dejó Sergio Larraín es de dimensiones incalculables. Con su talento y buen corazón, se ganó el cariño y admiración de personas pertenecientes a todas las clases sociales.
 
Y con esto no buscaba acabar con el sistema que sustenta nuestros días,“es otra organización de la vida, sin contraponer factores, reemplazando tareas dañinas por útiles; todos con sus vidas con sentido, trabajando para la unidad, para el bien común; para hacer;

UNA CULTURA OBJETIVA 
QUE RECICLE A LA PERFECCIÓN PARA LA ETERNIDAD 
Y QUE SE RECUPERE 
LO DAÑADO”.

En aspectos más literarios, ofrecía una serie de consejos a quienes decidieran embarcarse en una de sus lecturas, tan gratas de leer. ¿Cuántos por acá no han tenido uno de esos ejemplares en sus manos?

Larraín los regalaba a quien fuera, e inclusive, se encargó de poner en la última página de cada uno de ellos, un mensaje invitando a que se hicieran circular y se fotocopiaran.

Los dueños del almacén Santa Alicia, de donde Larraín era cliente en Tulahuén, los tienen. Lo mismo la señora Sara, del quiosco ubicado fuera del correo, a quien conoció por años. Su vecino de la casa colindante en Tulahuén, Benjamín Rivera, a quien también le regaló cuadros, de esos que tanto le gustaba pintar, cuyos conocimientos adquirió de su amigo Adolfo Couve, a quien le dedicara su obra “En el día”. Y el mismo Aroldo Villarroel, a quién lo integró como uno más de su familia; él tiene toda una colección. Sin duda la señora Norma Ferrada, que le cuidaba la casa en Ovalle y a quien conoció en el Hotel Roxi (lugar al que llegó con el pequeño Juan José), también tiene alguno.

“Si ustedes se dan cuenta, todos los libros adelante dicen Alham du lila; no tienen autor; no tienen nombre; nada. Todos sabemos que los escribió él, pero no sale”, explica en la clase de yoga que cada lunes se efectúa en el Centro Cultural de Ovalle, Oscar Gatica.
Es que Larraín era contrario al ego.

Su último libro se llama Aquí y ahora, y tiene fecha de febrero de 2012, mismo mes en el que murió. “Le hizo las correcciones, pero no alcanzó a tenerlo a sus manos”, añadió Gatica.

Hoy por hoy, su hijo Juan José anhela restaurar la casa de Tulahuén, tan dañada por este último terremoto, pues pretende habilitar un museo. En tanto, las fotografías de su padre recorren el mundo en distintas exposiciones que están a cargo de la agencia que lo vio crecer, Magnum.
 
Era como el flautista decían algunos ovallinos, “o sea que llegaba, le tocaba la flauta a algunos, y los hacía cambiar para siempre”, comenta Gatica, quien recuerda que en más de una oportunidad don Sergio le dijo que juntos eran el Quijote y Sancho Panza.

Mientras habitó en nuestra zona, enseñó lo que sabía a la gente, también tomó fotografías, viajaba a la capital cuando tenía que ir a reuniones familiares o con sus amigos, o bien a su dentista, o a ver una exposición de arte que le interesara, nunca dejó de ser un artista.

Falleció en su casa de Ovalle a las 09.00 de la mañana del martes 7 de febrero de 2012, deseando que le hicieran masajes y anhelando oír la música del gran compositor ovallino David Ogalde, a quien admiraba. Fue sepultado en el cementerio de Tulahuén, donde hubo un cartel en el que decía: “Don Sergio, el pueblo de Tulahuén se siente orgulloso de haberte acogido en sus faldas y agradece tu legado”.

Para finalizar, la frase mencionada por Iván Ramírez en el primer aniversario de su muerte, “quienes lo conocimos podemos decir que don Sergio prefirió la grandeza, hoy no reconocida, de vivir humildemente las limitaciones de nuestra condición humana, antes que la grandiosidad embriagadora del mito”.l

Especial del diario El Ovallino

Vinka R. Ulloa

                                🐌

José Santos Araya Araya

José Santos Araya.

En las alturas , en un poblado desolado, y alejado de las manos del Creador, José Santos, realiza una oración al ocaso del aquel día martes, se va el sol por el horizonte, en las serranías de Litipampa, algunas estrellas , se sonrojas, con esos últimos rayos del sol.
José Santos Araya, en aquel momento su edad era de 27 años, de piel bronceadas, y ojos de halcón, buscando , sus auras mágicas.

En su humilde  de rancho de chilcas embarrados , y tierra, paja y agua, y después busca en la gran ciudad fonola para cubrirla, del calor y frío y días lluviosos,que el en cada invierno volvía a cubrir con alquitrán.

En aquel acaso , luego de la oración, recibe una visita inesperada, ! La. muerte !.
La Sra Muerte seduce a José Santos, y con su guadaña corta su cordón de Plata, que une su alma a su cuerpo físico.
El notición , vuela por las Serranías, y preparan los condiciones para velar el cuerpo del inerte de José.

Sobre el suelo arenoso y con trozos de cuarzo rosado,  arrojan al suelos unos cueros de ovejas, eran cuatros, entre negro y otros color claro .y en cada esquina unos cirios, con una protección para que el viento de la cordillera intermedia, no extinguieran, esa llama que conducen su alma en su ascensión, hacías El Creador Supremo.

José Santos , no era una persona corriente era especial , dominaba, las misteriosas magias de la sanación, era medios místico, medio chamán, de antepasados indígenas, conocedor de los secretos , más secretos, reservados solo para algunos, que dominaron los miedos y el temor a la muerte.

Llegan las lloronas como un riguroso negro, que se confunde como la negrura de aquella noche, de despedidas del cuerpo de José Santos en estar tierra Limarina.

Con un traje oscuro , con olor a naftalina, y su camisa blanca almidonada, y su cordón, que se asemeja a una corbata.

En su pecho una medalla con la imagen de la virgen de Monserrat , él sabía las palabras redobladas, para ahuyentar al maligno.

Descalzo para elevar su alma a los altos cielos, era noche de tristeza y de dolor, el aromas a flores silvestres, se aproxima su perrita una quiltrita  de pelaje oscuros y de una mirada profunda e enigmáticas, y sus colmillos de marfil, ladra y re ladra a los visitantes que rodean aquella humildes mortaja de cueros de ovejas  , con olor a humedad, y encierro.

De la oscuridad de aquella noche,  emerge una quiltra  aullando, que salta sobre el cuerpo del inerte de aquel aspirante a Chamán ,y saltan de sus pezones  leche perla , nutrientes ,que caen en la cara y labios del inerte, parroquiano José Santos.

Sus ojos comienzan a vislumbrar, a las lloronas, con su riguroso negro, y mira que un maceton cargaba un féretro pintado con brea, y para transportarlo unas sogas de grueso cáñamo ! gritan las mujeres ! , al ver que José Santos salta de su mortaja.

Comienza a vociferar, palabras de mala calaña, para las mujeres, y hombres ,que se encontraban en dicho lugar, le exclamaban que eran adúlteros y aduladores, cínicos, , de lenguas de víboras , llenos de maldad, y de malos pensamientos.

Ya no es el mismo , en su paso por el desprendimiento de su cordón de plata, y su tiempo en los mundos incógnito , han cambiado a José Santos Araya Araya , los asistentes a su velatorio, en las serranías limarina , no encuentran explicaciones, y huyes despavoridos, cerro abajo, en aquella noche oscura.

Sus hermanos Ramón  estaba con su Sra Olga , y su pequeña hija Lucila ,Luis, Tesforo, Herminio, Juan de Dios, Sebastián, Pabla, Agustina, Dionisia , Virginia, se quedan frente a José Santos, sus Padres Celestino y Mercedes, , son iluminados por un extraño Rayo de Luz Violeta encandilador.

En su mirada , era un misterio, sus ojos , reflejaban, dudas, emociones, y su rostro, ya era diferente, sus cabellos nieves poblaron sus sienes y algunos mechones , eran lingotes de plata, su voz, era pausada, y de un extraño acento, observar, a sus hermanos, y solo lo mira.

Los Araya, descendientes, de antiguos Chamanes, que deambulaba, en estos solitarios rincones, eran andantes , meicos, parteros , innatos, conocedores del lenguajes de las estrellas, conversadores con nuestros hermanos los anímales.

Sus Padres, presienten, que su José, por circunstancias incuestionables, regreso , y su enlace, se restauró, como quien a una lagartija, se regenera sus miembros amputados, su enlaces cósmico, que une su alma con su cuerpo vehículo terrestre, para llevar a cabo una misión.

Los Padres , en ellos por sus venas corrían  adn, de antiguos hechiceros , conocedores de los secretos de la naturaleza, y los signos del Universos. Viajeros de mundos paralelos, dominaban las aperturas a portales desconocidos, eran sencillos en su actuar, hablaban el lenguaje del silencio.

José Santos, en su partida y su inesperado regreso, él ya sabía , cuánto tiempo, El Creador Supremo, tenía para , limpiar su karma, para poder ascender en su escala evolutiva, comenzó a dominar su anclaje, y también con las asistencias de los elementales, dominar la sabiduría ancestral, vivirá en formar humilde, en un ranchito a orilla del río Rapel, e un pueblo del mismo nombre. José Santos era temido y querido.
Todos sabían de sus poderes curativos con solo sentir su miradas sobre ellos.

Su hermana Virginia, se aislada en un sector al interior de Punitaqui, en Scorza, allí se trasforma en una gran Meica , que sana, y sana, a centenares de personas que acuden a su rancho , ella lee las aguas amarillas, orina , viste un riguroso negro, sus ojos celeste, brillan en el luminoso caserío al interior de Punitaqui .

José Santos, cultiva plantas alucinógenas, para tener contacto, con sabidurías de mundos infrahumanos, seres elementales, que habitan en los vegetales, y en los mundos de los sueños, el en su tiempo, que permaneció, en estado inerte, y que recorrió el túnel de Luz, hacías las manos del Creador Supremo, percibió, muchas alucinaciones, de sueños y realidades .

José Santos Araya, deambula por caseríos de la Provincia del limari, entregando sus conocimientos de la naturaleza, los elementales de los silvestres vegetaciones, y de los barros,llenos de minerales y vitaminas, para los decaídos transportes del alma, leías las aguas, y las bóvedas celeste, era sus oráculos , que cada noches en alguna loma elevada, en estados de meditación ancestral, logra contacto  y penetra portales oculto, para que los incrédulos ,proyecta su cuerpo astral, en hacia lugares que están en otra vibración  de energía, donde sus átomos, neutrones y protones, se desintegran y luego se vuelven a alinear, a si su transportes de su alma, puede estar en sitio a la vez ,  viaja en forma astral a otras dimensiones paralelas que el racionamiento no alcanza a comprender .

En los bosques húmedos del Bio Bio, habita una mujer de gran sabiduría de cabellos castaño, su piel alba se refleja la luna, su cuerpo seduce a José, en sus viajes paralelos tienen encuentros carnales y astrales.

Ella tiene miedo al amor, ella conoces las artes del amor , en ella habita un volcán de pasión, que no quiere que haga erupción, José la amo con locura, en el mundo de los sueños, llega a sus aposentos de sabanas bordadas, a ella la cuidaban Los Ángeles, de los árboles milenarios de las selvas húmedas del sur.

José Santos, en la capital , viaja en tren desde la Estación Central al sur.

Llega a La Estación Mapocho, el desde la estación  de Montepatria, se sube a ese Caballo de acero que respira vapor, blanco como las nieves de Los Andes.

José  quiere ver a esa extraña mujer, de cabellos castaños, y piel iluminada por la luna.

El Caballo de acero, va pasando Estación trás Estación, se detiene en Rengo, José con su vestimenta oscura, baja del vagón, y comienza a recorrer las Callecitas de aquel poblado de añosos hermanos árboles, Araucanía, Robles, y muchos más, casonas señoriales sus ojos de halcón nortino, ve belleza por doquier, los centenarios árboles le saludan, le dicen que en aquellas tierras sus pobladores lo cuidan y protegen , le cuenta que un Señor de corazón noble,a punta de carabina, y con la ayuda de su familia, se instala durante semanas, a defender sus hermanos árboles.y ahora tú nos ve, gracias a ese Ser de gran corazón.
José regresa al vagón , para continuar su viaje, a Coelemu.

Llegan a una Estación de Coelemu, el día es gris, José extraña la sequedad del norte chico, usa sus conocimientos ancestrales, y se elevan sobre el poblado, ve aquella misteriosa mujer, ella es de una estatura alta, en su mano izquierda, un extraño cigarro, que deja una nube de ese extraño tabaco, José usa su magia y se ancla en una esquina cerca del terminal de Coelemu, el de riguroso negro, con un sombrero de paño.

Ella sobre su cuerpo de sinuosas figuras , un vestido sencillo de color tierra húmeda, una ruana de lana de ovejas de Trehualemu, que ella misma hilo, y con un telar de sus antepasados urdió , y urdió, a lograr terminar esa ruana, su capa o esfera de protección magnética, lleva un morral, que en su interior llega una libreta de apuntes donde escribe poemas de sanacion para el alma.

José Santos reconoce, a ella la misteriosa mujer, que amo, en los mundos de los sueños, y ahora quería , sentir su piel, su respiración, oler su sudor, acariciar su piel Fresca y lozana, como el rocío al amanecer.

Lucia es su nombre, unos ojazos color miel castaños.
Esa mujer era hechicera de los bosques húmedos del sur, era pasión encendida, era fuego y hielo, domina su cuerpo astral, viaja en los mundos de los sueños, en cualquier momento desnuda está a su lado , José Santos y Lucia Chandia  , se entregan lujuriosamente , al placer de los sentidos, viajan en estados altos de conexión a otras galaxias, mundos que no se pueden describir, pero son reales, no son fantasías de los sentidos del Paraíso , que se producen al amar.
Se entregan mutuamente, conocimiento de hechizos y ancestrales, de dos latitudes opuestas, norte árido, y sur húmedo.

En estados altos de conexión José y Lucia, recorren los mundos paralelos del sur esmeralda ,desde allí viajan a tierra Chilota, se embarcan en El Caleuche , navegan por los inframundos , en sus camarotes, José y Lucia se entregan a los placeres carnales, después de un bacanal festín de productos Del Mar en cubierta, un curanto , con chicha de manzana , los demás invitados eran reencarnaciones de curanderos de los tierras húmedas del sur, Lucia Chandia, la luz de a luna, resaltaba su desnudes mitológica, sus cabellos se tornaron de plata, visualizamos otras galaxias, los dos viajamos a la velocidad de la Luz.

De regreso a la tierra Limarina , la pala se hundió con facilidad, se estaba preparando donde la Madre Tierra, abrió sus brazos, para sus ofrendas, un brasero preparado con anticipación, igual laurel, romero, cáscara de ajo, con sus chaquista, azufre ,una jarrita  de greda, néctar de Dioses, frutos secos, con un poncho de varias decenas de años tejido a telar por Pabla su hermana, era su mesa sobre la tierra , Limarina, ataviado con ropas energética, un luz se deposita en receptáculo hecho en aquellas tierras de fertilidad, una olla de greda con agua de vertiente, están  presentes todos los elementos.
José Santos Araya , de linaje de antepasados que dominaban el lenguaje de las estrellas, y a la hora de ocaso dialogaban con el viento.
Pide permiso a los elementos de la Pachamama , Inti  ilumina toda los rincones de aquel lugar, solo con El Solitario se encuentra José , en las alturas de Litipampa, emite sonidos que las aves le responden, a la lejanía un zorro aullan, un majestuoso cóndor se siente atraído por la energía del lugar.

José Santos Araya, comienza la ceremonia, se produce un silencio que se siente el vuelo del Cóndor, entre sus dedos un instrumento de greda con agua de vertiente, el brasero con carbón de espino, está  en su punto, comienza a esparcir laurel , con romero castilla, azufre para purificar el círculo energético.
Pausadamente va repitiendo el rito de sus ancestros, el lugar está convertido en un lugar sagrado , el Cóndor se posa en un gigantesco algarrobo, comienza a esparcir licor de uva, para la Pachamama, en un jarra de greda la lanza , a la excavación donde los frutos y alimentos de la tierra proveedora, llegan a su corazón, lanza la jarra que se rompe en cientos de trozos , bebiendo la tierra bendita.
José se lanza a la tierra su vista de halcón chamánico, mira el celeste de la inmensidad del Universo.
Allí se queda llega el atardecer , viene el ocaso del día y comienza a vislumbrar esos ojitos del cielos, aparece el Lucero , que guía sus viajes a mundos paralelos.
De pronto todo se oscurece y Miles , millones,billones de ojitos lo miran, el sigue en la misma posición, hasta quedarse dormido, aún siente el aroma sagrado, llegan más hermanos menores a cuidar su sueños, zorros, grillos, las aves se van a dormir.

Aclara el día, miles de silbidos , lo despierta, es un día extraño algo presiente que ocurrirá.
En los cielos , ilumina el Tata Inti, la coqueta y pálida luna está de incógnita en los cielos Cóndor , me avisa José después de las 13 hrs , la luna le modera la mejillas Tata Inti.
Se produce el acontecimiento de la madre naturaleza, el día se vuelve noche, seres maligno se escapan de las prisiones de los Inframundo, las aves vuelan en total pánico, la tierra palpita, el hace conjuro para que las presencias malignas, no se escapen más allá de su radio, el terror consumen a los pobladores , ve estrellas en las bóvedas celestiales, lee los ríos , ve sus presagios, para la humanidad, se secarán los ríos, los hielos eternos serán evaporado, la tierra se secarán, la humanidad en su desesperación, invadiran territorio , saqueando sus recursos naturales y se comeran uno con otros, el futuro es terrible, José le dicen las estrellas.

Viaja a otro lado de la cordillera , en un gran pájaro de acero, en el vientre del gran pájaro bebe licor sagrado, llegando al otro gran océano de arenas blancas y aguas cálidas de color turquesa, en las playas encuentra vestigios de ceremonias y santerías.
José conecta su doble anclaje y recibe energía de sus ancestros, su estadía le sirve de enseñanza, eran bellas las mulatas de aquellas tierras brasileña.
Hay una mujer  que José en reencarnación la conoció en Portugal, en ese tiempo Vera era de gran riqueza, tenia una Flota de embarcaciones, que navegaron conquistando, la América Morena, ella de la alta aristocracia de Sao Paulo , en los tiempos de 1959, él al rozar su manos sobre la desnudez de Vera, siente vibraciones que Vera se queda sosprendida, y le relata que en la intimidad, su rostro es diferente, y la ve con la cabeza cubierta, y su piel es de un negro azulino.
José deduce que vino a cerrar un ciclo, él en vida pasada fue quemado en una plaza de Lisboa.

José se siente incómodo y solo sueña en regresar a su tierra limarina, aquí están sus raíces, el litre lo llama en sueños.
 
José Santos Araya, se retira a una quebrada cerca del poblado de Rapel, ya su edad estar cerca de su fin, y él  lo sabe, regresa a un humilde rancho, y se alimenta de su chacra , legumbres y verduras, que cocina en una diminuta olla de fierro fundido, se está limpiando su cuerpo, para retornar al Creador Supremo, duerme en la tierra gredosa, sus zapatos ya papitan la tierra que lo llama a su sueño eterno, el ha caminado muchos caminos, se codeo con la fortuna y la miseria, amo y lo amaron , pero aquella hechicera de los bosques húmedos , nunca más sus cuerpos se entrelazaron, el participo en ceremonias secretas , solo para grandes chamanes, viajo  a tierras extrañas a ceremonias energética, el tiene el don de sus ancestros, el volvió de la muerte, y aprovecho la oportunidad, fue un gran hechicero , sus enseñanzas quedarán en los mundos paralelos, él sabe que su fin está cercano, los vientos del atardecer le dicen , José ahora está cercano tu fin, ahora será sin regreso.

Purifica tu cuerpo y tus pensamientos, , se lo que eres nada más, lo pasado es historia, tus enseñanzas el viento del Limarí , las llevará a todos los puntos cardinales.

José quieren mirar esa noche con las danzas de estrellas él sabe que cuando amanezca él no amanecerá, su corazón detendrán su alocado caminar, quiere tocar las estrellas, realiza unos conjuros ancestrales, y su cuerpo etéreo, se eleva ,ve aquella quebrada, su ruco, viaja a Guarilihue, quiere ver a su amada , que nunca fue de él, ella con sus cabellos de platas hila, y hila con su cuerpo sutil acaricia su cabello y se despide sabe que él , partirá en ese viaje sin retorno, y esa hechicera, nunca más sus pupilas cansadas, mirarán su hermosura eterna, quizás , ella cuando se entere de su partida, lo recordara, ella en una ocasión, si ve la sombra de un cóndor tu partida será eminente, y el vio de su sombra la figura de un cóndor, el sabe que ya es el momento de despedirme de mis apegos y bienes, su cuerpo se va a convertir en polvo, se unirá a esa tierra gredosa, quizás en algunas centurias, su cuerpo hecho polvo , habite en algun utensilios de la Pacha.

En aquellas noche lo visitan en peregrinación los que se han ido , pero están presentes, le hablan José , rasura tu barba y corta tus cabellos de platas, pues de aquí no saldrás caminando saldrá de posición horizontal, el le dice, quiero dar mi último aliento en aquel añoso litre, lleva un un gran cigarrillo allí in habano de su chacra, se sienta en el suelo que es rosado por la gran cantidad de  cuarzo, recuerda que quiso alarma del crédito pétalos rosados y aquellos pétalos le entró los hongos y se fueron a la basura, ellos se quedó con lencería que nunca uso, esa mujer ardiente y fría , aún la ama, quiero estar a pues desnudos.

Le conceden y le dicen dal de tu rancho y caminar descalzo , el mira hacia atrás de pronto ve toda su vida, ve a sus Padres Celestino y Mercedes, a sus hermanos, a sus amores , sus hijos, ve su cuerpo inerte en las serranías de Litipampa donde a las edad de 27 años fallece y vuelve a la vida.
A ciencia cierta que ahora a las edad de 80 años no volverá , ni en reencarnaciones, a la tierra que él tanto ama , el que fue preparado en los Inframundo con las técnicas chamánica, realiza oraciones de agradecimiento, a la Pacha, al Tatita Inti, se despidió en el amanecer del día lunes, el sabe que aquel martes y no alcanzara a ver el Brillo del Tatita Inti, y no escuchará el trinar de las aves de los altos cielos.
José se arrodilló en la tierra de cuarzo rosado, los elementales de la naturaleza le hacen ronda, de sus ojos lágrimas caen, se despide de su vida, ve a la Señora muerte , le dice llega tu fin José.
Y corta de un certero golpe su cordón de plata, José alcanza a ver un brillo del Tata Inti, y he un majestuoso Cóndor, José Carlos al suelo , la Pacha tiembla un gran terremoto, abre la tierra y José y el añoso litre caen al mundo interior de la Pacha, vuelan José aferrado al hermano Litre.

Autor
Hector Araya Rojas.

sábado, 16 de octubre de 2021

El Minero Negro.

El Minero Negro.

      Un matrimonio llega a un poblado llamado Pueblo Nuevo, a casa de la Sra Rita, es Ignacio Jiménez y su cónyuge..
Eran los años 60 , Ignacio Jiménez más conocido como el Minero Negro por su tez oscura ; es pirquinero , entre Pueblo y Los Mantos busca la veta dorad en la mina la diabla.
 Sus  caminata hacia una nueva veta en la cantera de Los Mantos se transforma diariamente en tierra y roca, no encuentra el metal codiciado por todos , allí en esa tierras húmedas .

El Minero Negro, se confunde su rostro con tachos puestos al fuego vivo, para transformar el agua , en agua de cazuela negra, de regreso desde la cartera mantina.

El Minero Negro al regresar con su bella Sra, encuentra vacío; esas piezas de tierra, paja, chilca , con palos de acacias y álamos , y techo de zinc, sin cielo , y sus paredes interna y externa pintada de cal , penca de tunales y sal , y agua , su blancura de su hogar , hace contraste con su rostro oscuro , emergen tonos de aquellos metales en suspensión en el aire, que algunos caprichosos rayos solares, inundan las paredes, de chilca, paja, barro, y cal, y sus huellas quedan en dicho hogar del pirquinero Ignacio Jmenez , sus ojos recorrían cada rincón de ese hogar prestado, su bella Sra había huido con un rival de amores, una lágrima corrieron por su rostro duro de hombre acostumbrado a luchar por su sustento diario.

Esa noche fue fría , no tenía a nadie que acariciar y amar, sólo están esa frías sabana de sacos harinero, y esas paredes cubiertas con algunos hojas del vea, y otras revistas de épocas pasadas. La vela se consumió por completo en aquella palmatoria de enlozado blanco.

Esa noche fue oscura , ni siquiera la coqueta luna vino asomarse en aquella ventana de madera que trataba de detener el frío de aquella noche solitaria. 
Ignacio el Minero Negro, toda la noche en sus mente y presente, estaba su amor ausente.

Se levantó a orinar en aquella cantora enlozada, la había comprado en la gran ciudad de Ovalle en Grandes Tienda La Campana, un juego completo de enlozado, esa noche el único sonido era su orina que caía , en aquella cantora y afuera los grillos le cantaban a la oscuridad.

Pronto el gallo comienza a despedir la noche y le da la bienvenida al amanecer, Ignacio no durmió,se levantó y abrió la ventana y llegó la luz a su hogar , miró y sólo estaba la soledad y esperanza en aquellos rincones de su hogar arrendado.

Mira una colchas en el suelo, de tierra, en la puerta un chuzo era su cerradura, y en la puerta cuelga un moño de ajo, y una cuelga de sabila para alejar al maligno.

Un dia martes 13 , encuentra una pepita de oro, al lado de una flor de cardenal amarillo, en la quebrada después de la bajada, de la torrentosa quebrada mantina.
Ignacio sonríe, y se sube en la micro de Don Jorge Roco, y se viene a la gran ciudad a vender la pepita de oro.

luego con el billete largo , sus pies lo lleva a la Tienda La Tentación. y se compra una Radio a pila , japonesa de estuche de cuero cafe, am y onda larga, marca sanyo .

Ignacio orgulloso, con su nueva compra, en el mercado municipal, lo atraen los olores a comida casera, condimentada , como lo hacía su amada ausente, por inercia su cuerpo de tez oscura, con su camisa celeste, y sus pantalones de hilado de lana de oveja , de la ciudad sureña Tome, su zapatos negro , como su piel, y una manta Castilla , por el frío de invierno, y su sombrero de paño de color gris, siempre con la sonrisa en sus labios, no era de gran altura, era bajo , pero de cuerpo ágil, sus músculos eran de acero, por su trabajo de pirquinero , y recordaba su suerte de encontrar aquella pepita de oro ,que quedó después del temporal de invierno, mira al interior del RESTAURANT El quita pena, y llena la barriga, aún los olores dejan volar sus recuerdos, ve a su amada y su hijo, y ese calor de hogar arrebatado, por un rival de amores.

Una voz de una buena moza , lo hace regresar al punto, la buena moza de voz de ángel , y ojos cristalinos y sus cabellos en trenzas de color azabache , y sonrisa de marfil andino, del color de aquellas nieves eternas , que también conoció , en su tiempo de crianceros de caprinos , con su padre, ya fallecido.

Ella le pregunta señor que se va a servir, nuevamente los aromas, lo hacen mirar hacia la cocina, iluminada por el brillos de las ollas, verdaderos espejos, y el piso encerado, lo hacían reflejarse en aquel piso extraño.

Estaba en la cocina su amada ausente, en dulce espera de un retoño de aquel amigo, entrecomilla, que huyó con su amada Azucena Delirio.
Ignacio la mira a los ojos, y le pregunta eres feliz Azucena, ella baja la mirada, sin decir nada.

El le da las gracias , por aquellos instante de intimidades , y esos cuatros años de vivir, no con tantos lujos, pero llenos de pasión y felicidad, se acabó la magia, y Azucena de pétalos suaves, busco una nueva piel , ella era de piel clara y cabellos rizados de brasas encendidas, era 10 años menor , que el minero negro, la conoció en un burdel de las pampas nortinas, en esas pampas solitarias Azucena,se vendía al mejor postor, allí los hombres rudos , esclavos de un sistema que explota al obrero, y vivían en la miseria, y al estar con azucena, era llegar a un oasis celestial , para saciar su pasión contenidas , en las pampas calurosas de día y fría de noches.

Ignacio y Azucena , desde la primera vez que se vieron , y sus cuerpos se unieron bajos las estrellas de la Pampa , comenzaron a vivir , en pareja, y cuando se pagaban los obreros Azucena, volvía a su catre de perillas de bronces, y colcha de terciopelo amarillo, y su velador de pino oregon , que venían en los buque, que llegaban a los puerto nortino, y desde allí en carretas tiradas por bueyes, a las oficinas salitreras, así transcurre la vida de Ignacio y Azucena, Azucena quiere cambiar ser solo de Ignacio, y regresan al norte chico, al Poblado de Pueblo Nuevo, allí Ignacio, comienza a trabajar en los pique, sacando una miseria en sus minerales , era muy bajo los grs de oro en sus toneladas de metal.

Allí Crecente del Rosario, se siente atraído , por Azucena de cabellera de fuego. Y se lanza a conquistarla , y lo logra y un tarde a la hora de la oración , huyen del poblado, y cuando regresa el minero negro, su rancho está desolado , ya no está el olor a Azucena en aquel hogar prestado.

Ignacio, mira a su Azucena, ahora flor de otro jardín , no come nada, se coloca su sombrero de paño, y toma su bolsa con sus comprar, y le gritan en el mercado municipal , que Don Jorge, coloca en marcha el motor de su micro Ford , de color azul , con un tigre estampando, en sus costados, iba cargada , con sacos de harinas, maderas , calaminas de zinc, y fardos de pastos, para unos caballos bayos,azabaches, y algunos mulares, y asno .

El minero negro, llega con su radio a pila, y esa casa donde vivía la soledad y esperanza, llegó la música, ya tenía compañía, en aquel pequeño receptor, que lo mantenía comunicado con el orbe, se embriaga con ese tinto azaroso , mosto de uvas, su azucena es flor de otro jardín .

Se duerme sobre el reposa hueso , que pasamos la mitad de nuestra vida sobre su lecho.

En el alba sintoniza su nueva adquisición , con el hacha en su cabeza por la resaca de la noche anterior.

Escucha Radio Cooperativa, están hablando los candidatos a la Presidencia, escucha al Doctor Salvador Allende, se siente identificados, dice mentalmente por el mi voto va .

Continúan cayendo las hojas de aquel amarillento calendario ,Ignacio busca en un pequeño baúl de pino oregon, encuentra su carnet de tapa verde, en el su nombre, su fecha de nacimiento, y lugar, y una fotografía en blanco y negro de gran calidad, se la había sacado en el registro civil de Punitaqui Don Osvaldo Cuello, Profesional de la imagen, el retrato todo el acontecer de la comuna de Punitaqui, y en los Campamentos Mineros de Los Mantos , La mina del Delirio, las minas y planta de Juan Cuchillo, y los poblados de Pueblo Nuevo, Pueblo Viejo, las Ramadas , El Toro, El Peral, Los Quiles.

Ignacio, saca de aquel baúl su terno negro, pasado a naftalina y Quillay, para protegerlo de las polillas y arañas.
Se afeita con su navaja, y saca de la cola de caballo una peineta pantera, y peina su cabellos negros , con algunas canas en sus sien se mira en el espejo que luego lo cubre. 

Y se va caminando , hacia Punitaqui a sufragar, pasa por la cancha de aviación ,  llega a la calle Caupolican , y de allí a hacer la rallita , por El Doctor Salvador Allende.

Ignacio, en su portátil , afuera sentado mirando la pequeña quebrada, rodeado de algunos pobladores, están , pendiente de las eleciones presidenciales, Allende el Compañero Doctor Salvador Allende, es el ganador, los momios, le crece la cola, festejan el triunfo del compañero Allende, El Pueblo Unido jamás será vencido, todo es fiesta, en los Campamentos de Los Mantos, El Delirio, y su querido Pueblo Nuevo, la Emisora Norte Verde , de la Ciudad de Ovalle, continúa trasmitiendo en directo, en unión de Radio Cooperativa..

A su casa llegan algunos vecinos con una Dama, pero Dama Juana, de 15 litros de manjar de Baco.
Gana El Pueblo Sufrido, el Pueblo Trabajador.

El Minero negro, amanece con el hacha en su cabeza, con la carne del asado prepara un ajiaco, un par de cebolla, moron, papas, zanahoria, y un par de huevos celeste regalo , de una vecina Rosa Jazmín, que se siente atraída por Negro Minero, ella una morena de trenzas largas, como rapuncel, allí Ignacio, con la olla de tres patas, prepara su ajiaco, y invita a Rosa Jazmín, a merendar, sentado a la sombra del parron , de Rosa,  deambulan los pequeños Manuel y Isolina, hijos de Rosa , el Padre había, muerto en un accidente en la mina .

La morenaza Jazmín, estrecha las manos de Ignacio, manos fuertes, que le roban las riquezas a la tierra, y Jazmín, manos de pétalos de rosas, curtidas por tanto lavar ropa ajena, el con sus manos y brazos y fuertes, estrecha el cuerpo de Jazmín, son solo uno, es como unas piezas de rompecabezas, que se unen, en forma de corazón, Jazmín, bella por dentro y fuera, sus cuerpos eran pura fibra, fuerte como acero templado, por la dureza del existir .  Y se van a su rancho , en la radio canta Javier Solis, sus labios se funden el un agónico, besos de dolor y pasión , sus cuerpos de piel oscuras, se unen en ese rancho, que habitaron Soledades, se envolvieron en aquellas colchas, desteñidas por los tiempos y el agua, que limpiaba el tiempo y las amarguras.

Caen las hojas del aquel amarillento calendarios, se produce un golpe de estado, El Doctor Salvador ! Presidente, es atacada su  Casa de Gobierno, La Moneda, por aire y tierra, el dice de aquí no me sacaran vivo, y se  suicida, en su Casa Presidencial , por todos Chile, fuerzas armadas comienza  , el exterminio, de los simpatizantes del Compañero Presidentes Allende.

Exterminan a sus hermanos a través de todo el país, asume una junta de gobierno, y hay toque de queda. muerte a los soñadores, músicos, poetas.dirigentes sindicales, quieren exterminar a todos los que piensan diferentes a ellos.

Hombres de gris, y lentes oscuros llegan al Campamento de Los Mantos, en la cancha de fútbol , todos los habitantes del Campamento, entre ellos Ignacio, y Jazmín, los hombres de gris , buscan marxistas comunitas, para exterminar, hombres de su propia tierra, solo por tener una ideología diferentes, deben desaparecer, Ignacio los golpe para el son caricias, hombre de acero, curtidos en las pampas norteñas, con un macho golpeando las costra del desierto más árido del planeta, El Minero Negro, solo algunas lágrimas de sus ojos , de dolor por el sufrimiento de Jazmín, escuchaba sus grito de dolor, y llanto, el sin poder hacer nada , estaba rodeado, por fornidos hombres de gris, y torturadores,  sadicos, bestias no hombres.

En el pequeño calabozo de aquel , campamento, que fue centro bullante de trajinar, humano, penan las ánimas del abandono , en aquellos capachas de oscuridad, de noches sin luna, pero con miedos de no sobrenatural, eran animas convertidas, en mensajeros de la muerte, de matar a sus hermanos, solo con el placer de matar, las fieras tenían piedad, estos sadicos, gozaban con el dolor, de sus hermanos, humildes, trabajadores, que soñadores quieren un mundo mejor, a pesar de sus miserias.
Jazmín militantes del partido, con Ignacio, pasan las penas del infierno, de aquellos Buitres, de trajes gris, con botones de bronces, los someten , a torturas , que ningún ser humano, puede soportar, ellos , por su condición  de piel , oscura, sus músculos, de acero templado por el rigor, su sangre, de pueblos originarios , en su adn,estaban chamanes, y sacerdotes indígenas, de Pueblos Nortinos, ellos soportaron los ultrajes, golpes, de aquellos semejantes , la caravana abandono el campamento , y un general en voz alta , hay que destruir, este nido de extremistas marxistas comunitas, hay que no dejar huella de este campamento.

Desmantelan El Campamento de Los Mantos, El minero Negro, y Jazmín al borde de la muerte, Ignacio curas sus heridas, su cuerpo , de su piel morena , emergen moretones, en todo su cuerpo, fue violada, y torturada, aquella hermosa flor de Jazmín.

Jazmín se marchita, y fallece en esos brazos fuertes de Ignacio, de sus ojos lagrimas de dolor y de su garganta gritos desesperados, de impotencia, su flor marchita  yace lacia en sus brazos, sus últimas palabras son de amor , hacia Ignacio, y que cuide de sus hijos, Manuel e Isolina.

Cuatros cirios, alumbra el camino hacia la eternidad de Rosa Jazmín, en un negro ataúd, son llevado los restos mortales de Rosa Jazmín, al Campo Santo del Cementerio Parroquial a los pies del cerro grande entre Pueblo Viejo y el Toro. 

El amor nuevamente le hace trampa a  Ignacio, ahora tiene a quien cuidar a Manuel de ojos celeste, y Isolina fiel retrato de Rosa Jazmín.

Pasan década a década,sus hijos, que no son sus hijos, lo quieren como un Padre verdadero, a su capacidad de su bolsillo educa a sus hijos, que Dios lo bendice , en salud y prosperidad, su rancho , ya no es aquel misero ranchito, es un hermoso hogar.

Ignacio el minero negro envejece, ve a sus hijos Isolina y Manuel, convertidos en seres de bien, son sus hijos , aunque no lleven su sangre, pero para el ellos son su todo.

Ignacio un día amanece muerto, en sueño su alma se unió nuevamente con el alma de Jazmín. 

Descansa en paz Ignacio  El minero negro.

Con cariño  para. 
Mi Madre y Héctor Araya , mi tío.

Gatica Araya..

lunes, 11 de octubre de 2021

Aun recuerdo ese señor delgadito vestido artesanalmente llevando un morral y en sus manos pequeños libritos de tapa blanca que el mismo escribia. Y hablando en el centro telefonico de calle vicuña echando monedas en un telefono publico  amarillo. Era esa escena la primera, de una gran obra espiritual cuyo actor principal seria Don Sergio Larrain. Sin saber el destino o las misteriosas fuerzas del universo me llamaron a ser puente para el inicio  de  una obra que no terminara jamas.... Cual es el despertar de nuestras percepciones en la mirada del amor, la belleza, la verdad y la bondad.  En pocas palabras... A situarnos en el Eterno y Perfecto Presente. En el Reino de lo Alto.

Huellas del Presente

Gracias Capitán Araya, por ti nos encontramos en la ruta de Don Sergio , y el aun sigue comandando su velero de albas velas de papel , como sus textos del Kinder Planetario Yoga Artesanal Ovalle.

Adorando a Dios   Alham du lilah

martes, 5 de octubre de 2021

Anoche me preguntaron porque ya no escribía , el acontecer de mi existencia, quería ser como el aire, existir , pero que no me vieran, cuando exponiendo mi obras , eran anónima, en muchas exposiciones he participado, fui bailarín, en los mantos fui San José , con burro de verdad,  con la virgen María en sus ancas, y recoria sus calles , tocando la campanita, llamando a misa, y aún tocó las campanas.
 cruzaba la quebrada de los mantos, cuando bramaban las aguas danzarinas  de las lluvias de invierno.
Con los niños Escudero, nos daban unaa chauchas por descargar explosivos, el polvorín estaba en la cancha vieja donde hacían Las Pampilla el 19 y el 20 en La Higuera la de Pueblo Nuevo, que después la municipalidad de Punitaqui , la comenzó a realizar alli, pero los verdaderos dueños son Los de Pueblo Nuevo, dónde el terremoto de 1997 , fue en ese Pueblo que lo conozco, cómo las líneas de mis manos.
En Pueblo mi el amanecer a través de una ventana sin vidrios, ver la realidad, sin el velo del cristal, te llega el paisaje a tu corazón.
La fotografía con está pandemia se ha dormido, nuevos dolores han llegado , a mi alrededor.
Mensajes he recibido ya no hablar de ciertas cosas, las palabras salen verbo cada uno lo ve , cómo agua de su molino, ya he hablado demasiado , y la verdad que no soy de muchas palabras.
Agradezco a quiénes, me han llamado para saber si  aun existo, a mi familia, mi hermana Olga y su esposo y sobrinos, tíos, tías primos, y a los de La Escuela de La Reconciliación.
Las rosas me han visitado, con toda su hermosura 2020.
Un amigo le mando hacer empanadas pequeña hornee como 50 eran pequeñas joyitas , con su dulzor correcto.
Cinco horas de presente, en la cocina le visitaron, los ausentes, llegaron recuerdos de bellos momentos pasados, después con mi amiga Margarida, me preguntaba por el libro que allí está , en reposo, lo estoy realizando con la ayuda, del ilustrado, y artista Roso, y la ayuda de muchas personas que con las conversaciones, se ha armando la trama de la historia.
La luna llena se besan con martes en los altos cielos.
El lunes se puede caminar , ya no por tres horas, sino por todo el día hasta las 23 hrs de lunes a viernes.
El Sábado y domingo cuarentena.
El panorama no se ve claro, caminar con calma, guardar silencio aconseja El IChing.
Ovalle ya no es el mismo, el miedo no deja circular la energía.
Me aconsejan volver a las Islas donde se debe encender la vela, y escuchar el sonido de la campanita.
Llegarán los ausentes, los verdaderos ausentes, los ausentes sinceros.
El lavadero me llama. A lavar la loza.
Cuidense algo sin rostro, anda suelto, con su guadaña afilada , cortando cordones de plata.
Ovalle Capital, ya no es el mismo es  una metrópoli, que es sus calles , se ven caras nuevas.
Los de antaño somos una especie en extinción , los saurios de la prehistoria.
Páginas sin sentido, y sin un eje , de reglas de gramática o buena redacción , son desagüe mentales en pandemia, de un ser anónimo, nacido en un día en el alba , de un poblado llamado El Alba, y su cordón umbilical y placenta de inmediato volvieron a La Pachamama.

lunes, 4 de octubre de 2021

¿Porque un uniforme te da derecho, a tirar por las barandas a un transeúnte?.
El uniforme, te da derecho, a humillar a tu hermano, lo lanzas como una basura al lecho del Mapocho,.
Y lo miras desde las alturas que te da tu uniforme.

Con uniforme los romanos clavaron a Jesús el Cristo, por decir que era el hijo de Dios, y corrió a los mercaderes de la casa de Dios.

La bandera se vuelve oscura, el miedo nos atrapa, por un lado, la muerte invisible que te invita , cual sirena con cantos de libertad.
Y por otro lado te acorralan, y te encierran en cuatro paredes.

Una vez escuché a un hombre sabio, que del campo todos nos alimentamos, de aquellas papas que el labriego, en esa tierra bendita, y su trabajo, nos sostienen a todos a obreros, delicuentes, políticos, religiosos, a todas las clases sociales, y a las fuerzas armadas.

El eterno movimiento de nuestros corazones cansados, de tantos dolores para los sentidos.
Continua el ciclo de las estaciones, el planeta se está llenando de basura, depredadores y parásitos.
Plaga de la humanidad, somos peones del universo.

Somos un granito en una playa contaminada, por zonas de sacrificios.

El aire es de todos, el sol aún no la han vendido, te abriga te abrazo, sin importar  quién eres, solo te mira, te alumbra el alma.

En aquel Mapocho , que desechan al ser humano, cómo quien lanza basura, sin pensar que es tu hermano.

Apocalipsis ahora.