domingo, 17 de octubre de 2021

José Santos Araya Araya

José Santos Araya.

En las alturas , en un poblado desolado, y alejado de las manos del Creador, José Santos, realiza una oración al ocaso del aquel día martes, se va el sol por el horizonte, en las serranías de Litipampa, algunas estrellas , se sonrojas, con esos últimos rayos del sol.
José Santos Araya, en aquel momento su edad era de 27 años, de piel bronceadas, y ojos de halcón, buscando , sus auras mágicas.

En su humilde  de rancho de chilcas embarrados , y tierra, paja y agua, y después busca en la gran ciudad fonola para cubrirla, del calor y frío y días lluviosos,que el en cada invierno volvía a cubrir con alquitrán.

En aquel acaso , luego de la oración, recibe una visita inesperada, ! La. muerte !.
La Sra Muerte seduce a José Santos, y con su guadaña corta su cordón de Plata, que une su alma a su cuerpo físico.
El notición , vuela por las Serranías, y preparan los condiciones para velar el cuerpo del inerte de José.

Sobre el suelo arenoso y con trozos de cuarzo rosado,  arrojan al suelos unos cueros de ovejas, eran cuatros, entre negro y otros color claro .y en cada esquina unos cirios, con una protección para que el viento de la cordillera intermedia, no extinguieran, esa llama que conducen su alma en su ascensión, hacías El Creador Supremo.

José Santos , no era una persona corriente era especial , dominaba, las misteriosas magias de la sanación, era medios místico, medio chamán, de antepasados indígenas, conocedor de los secretos , más secretos, reservados solo para algunos, que dominaron los miedos y el temor a la muerte.

Llegan las lloronas como un riguroso negro, que se confunde como la negrura de aquella noche, de despedidas del cuerpo de José Santos en estar tierra Limarina.

Con un traje oscuro , con olor a naftalina, y su camisa blanca almidonada, y su cordón, que se asemeja a una corbata.

En su pecho una medalla con la imagen de la virgen de Monserrat , él sabía las palabras redobladas, para ahuyentar al maligno.

Descalzo para elevar su alma a los altos cielos, era noche de tristeza y de dolor, el aromas a flores silvestres, se aproxima su perrita una quiltrita  de pelaje oscuros y de una mirada profunda e enigmáticas, y sus colmillos de marfil, ladra y re ladra a los visitantes que rodean aquella humildes mortaja de cueros de ovejas  , con olor a humedad, y encierro.

De la oscuridad de aquella noche,  emerge una quiltra  aullando, que salta sobre el cuerpo del inerte de aquel aspirante a Chamán ,y saltan de sus pezones  leche perla , nutrientes ,que caen en la cara y labios del inerte, parroquiano José Santos.

Sus ojos comienzan a vislumbrar, a las lloronas, con su riguroso negro, y mira que un maceton cargaba un féretro pintado con brea, y para transportarlo unas sogas de grueso cáñamo ! gritan las mujeres ! , al ver que José Santos salta de su mortaja.

Comienza a vociferar, palabras de mala calaña, para las mujeres, y hombres ,que se encontraban en dicho lugar, le exclamaban que eran adúlteros y aduladores, cínicos, , de lenguas de víboras , llenos de maldad, y de malos pensamientos.

Ya no es el mismo , en su paso por el desprendimiento de su cordón de plata, y su tiempo en los mundos incógnito , han cambiado a José Santos Araya Araya , los asistentes a su velatorio, en las serranías limarina , no encuentran explicaciones, y huyes despavoridos, cerro abajo, en aquella noche oscura.

Sus hermanos Ramón  estaba con su Sra Olga , y su pequeña hija Lucila ,Luis, Tesforo, Herminio, Juan de Dios, Sebastián, Pabla, Agustina, Dionisia , Virginia, se quedan frente a José Santos, sus Padres Celestino y Mercedes, , son iluminados por un extraño Rayo de Luz Violeta encandilador.

En su mirada , era un misterio, sus ojos , reflejaban, dudas, emociones, y su rostro, ya era diferente, sus cabellos nieves poblaron sus sienes y algunos mechones , eran lingotes de plata, su voz, era pausada, y de un extraño acento, observar, a sus hermanos, y solo lo mira.

Los Araya, descendientes, de antiguos Chamanes, que deambulaba, en estos solitarios rincones, eran andantes , meicos, parteros , innatos, conocedores del lenguajes de las estrellas, conversadores con nuestros hermanos los anímales.

Sus Padres, presienten, que su José, por circunstancias incuestionables, regreso , y su enlace, se restauró, como quien a una lagartija, se regenera sus miembros amputados, su enlaces cósmico, que une su alma con su cuerpo vehículo terrestre, para llevar a cabo una misión.

Los Padres , en ellos por sus venas corrían  adn, de antiguos hechiceros , conocedores de los secretos de la naturaleza, y los signos del Universos. Viajeros de mundos paralelos, dominaban las aperturas a portales desconocidos, eran sencillos en su actuar, hablaban el lenguaje del silencio.

José Santos, en su partida y su inesperado regreso, él ya sabía , cuánto tiempo, El Creador Supremo, tenía para , limpiar su karma, para poder ascender en su escala evolutiva, comenzó a dominar su anclaje, y también con las asistencias de los elementales, dominar la sabiduría ancestral, vivirá en formar humilde, en un ranchito a orilla del río Rapel, e un pueblo del mismo nombre. José Santos era temido y querido.
Todos sabían de sus poderes curativos con solo sentir su miradas sobre ellos.

Su hermana Virginia, se aislada en un sector al interior de Punitaqui, en Scorza, allí se trasforma en una gran Meica , que sana, y sana, a centenares de personas que acuden a su rancho , ella lee las aguas amarillas, orina , viste un riguroso negro, sus ojos celeste, brillan en el luminoso caserío al interior de Punitaqui .

José Santos, cultiva plantas alucinógenas, para tener contacto, con sabidurías de mundos infrahumanos, seres elementales, que habitan en los vegetales, y en los mundos de los sueños, el en su tiempo, que permaneció, en estado inerte, y que recorrió el túnel de Luz, hacías las manos del Creador Supremo, percibió, muchas alucinaciones, de sueños y realidades .

José Santos Araya, deambula por caseríos de la Provincia del limari, entregando sus conocimientos de la naturaleza, los elementales de los silvestres vegetaciones, y de los barros,llenos de minerales y vitaminas, para los decaídos transportes del alma, leías las aguas, y las bóvedas celeste, era sus oráculos , que cada noches en alguna loma elevada, en estados de meditación ancestral, logra contacto  y penetra portales oculto, para que los incrédulos ,proyecta su cuerpo astral, en hacia lugares que están en otra vibración  de energía, donde sus átomos, neutrones y protones, se desintegran y luego se vuelven a alinear, a si su transportes de su alma, puede estar en sitio a la vez ,  viaja en forma astral a otras dimensiones paralelas que el racionamiento no alcanza a comprender .

En los bosques húmedos del Bio Bio, habita una mujer de gran sabiduría de cabellos castaño, su piel alba se refleja la luna, su cuerpo seduce a José, en sus viajes paralelos tienen encuentros carnales y astrales.

Ella tiene miedo al amor, ella conoces las artes del amor , en ella habita un volcán de pasión, que no quiere que haga erupción, José la amo con locura, en el mundo de los sueños, llega a sus aposentos de sabanas bordadas, a ella la cuidaban Los Ángeles, de los árboles milenarios de las selvas húmedas del sur.

José Santos, en la capital , viaja en tren desde la Estación Central al sur.

Llega a La Estación Mapocho, el desde la estación  de Montepatria, se sube a ese Caballo de acero que respira vapor, blanco como las nieves de Los Andes.

José  quiere ver a esa extraña mujer, de cabellos castaños, y piel iluminada por la luna.

El Caballo de acero, va pasando Estación trás Estación, se detiene en Rengo, José con su vestimenta oscura, baja del vagón, y comienza a recorrer las Callecitas de aquel poblado de añosos hermanos árboles, Araucanía, Robles, y muchos más, casonas señoriales sus ojos de halcón nortino, ve belleza por doquier, los centenarios árboles le saludan, le dicen que en aquellas tierras sus pobladores lo cuidan y protegen , le cuenta que un Señor de corazón noble,a punta de carabina, y con la ayuda de su familia, se instala durante semanas, a defender sus hermanos árboles.y ahora tú nos ve, gracias a ese Ser de gran corazón.
José regresa al vagón , para continuar su viaje, a Coelemu.

Llegan a una Estación de Coelemu, el día es gris, José extraña la sequedad del norte chico, usa sus conocimientos ancestrales, y se elevan sobre el poblado, ve aquella misteriosa mujer, ella es de una estatura alta, en su mano izquierda, un extraño cigarro, que deja una nube de ese extraño tabaco, José usa su magia y se ancla en una esquina cerca del terminal de Coelemu, el de riguroso negro, con un sombrero de paño.

Ella sobre su cuerpo de sinuosas figuras , un vestido sencillo de color tierra húmeda, una ruana de lana de ovejas de Trehualemu, que ella misma hilo, y con un telar de sus antepasados urdió , y urdió, a lograr terminar esa ruana, su capa o esfera de protección magnética, lleva un morral, que en su interior llega una libreta de apuntes donde escribe poemas de sanacion para el alma.

José Santos reconoce, a ella la misteriosa mujer, que amo, en los mundos de los sueños, y ahora quería , sentir su piel, su respiración, oler su sudor, acariciar su piel Fresca y lozana, como el rocío al amanecer.

Lucia es su nombre, unos ojazos color miel castaños.
Esa mujer era hechicera de los bosques húmedos del sur, era pasión encendida, era fuego y hielo, domina su cuerpo astral, viaja en los mundos de los sueños, en cualquier momento desnuda está a su lado , José Santos y Lucia Chandia  , se entregan lujuriosamente , al placer de los sentidos, viajan en estados altos de conexión a otras galaxias, mundos que no se pueden describir, pero son reales, no son fantasías de los sentidos del Paraíso , que se producen al amar.
Se entregan mutuamente, conocimiento de hechizos y ancestrales, de dos latitudes opuestas, norte árido, y sur húmedo.

En estados altos de conexión José y Lucia, recorren los mundos paralelos del sur esmeralda ,desde allí viajan a tierra Chilota, se embarcan en El Caleuche , navegan por los inframundos , en sus camarotes, José y Lucia se entregan a los placeres carnales, después de un bacanal festín de productos Del Mar en cubierta, un curanto , con chicha de manzana , los demás invitados eran reencarnaciones de curanderos de los tierras húmedas del sur, Lucia Chandia, la luz de a luna, resaltaba su desnudes mitológica, sus cabellos se tornaron de plata, visualizamos otras galaxias, los dos viajamos a la velocidad de la Luz.

De regreso a la tierra Limarina , la pala se hundió con facilidad, se estaba preparando donde la Madre Tierra, abrió sus brazos, para sus ofrendas, un brasero preparado con anticipación, igual laurel, romero, cáscara de ajo, con sus chaquista, azufre ,una jarrita  de greda, néctar de Dioses, frutos secos, con un poncho de varias decenas de años tejido a telar por Pabla su hermana, era su mesa sobre la tierra , Limarina, ataviado con ropas energética, un luz se deposita en receptáculo hecho en aquellas tierras de fertilidad, una olla de greda con agua de vertiente, están  presentes todos los elementos.
José Santos Araya , de linaje de antepasados que dominaban el lenguaje de las estrellas, y a la hora de ocaso dialogaban con el viento.
Pide permiso a los elementos de la Pachamama , Inti  ilumina toda los rincones de aquel lugar, solo con El Solitario se encuentra José , en las alturas de Litipampa, emite sonidos que las aves le responden, a la lejanía un zorro aullan, un majestuoso cóndor se siente atraído por la energía del lugar.

José Santos Araya, comienza la ceremonia, se produce un silencio que se siente el vuelo del Cóndor, entre sus dedos un instrumento de greda con agua de vertiente, el brasero con carbón de espino, está  en su punto, comienza a esparcir laurel , con romero castilla, azufre para purificar el círculo energético.
Pausadamente va repitiendo el rito de sus ancestros, el lugar está convertido en un lugar sagrado , el Cóndor se posa en un gigantesco algarrobo, comienza a esparcir licor de uva, para la Pachamama, en un jarra de greda la lanza , a la excavación donde los frutos y alimentos de la tierra proveedora, llegan a su corazón, lanza la jarra que se rompe en cientos de trozos , bebiendo la tierra bendita.
José se lanza a la tierra su vista de halcón chamánico, mira el celeste de la inmensidad del Universo.
Allí se queda llega el atardecer , viene el ocaso del día y comienza a vislumbrar esos ojitos del cielos, aparece el Lucero , que guía sus viajes a mundos paralelos.
De pronto todo se oscurece y Miles , millones,billones de ojitos lo miran, el sigue en la misma posición, hasta quedarse dormido, aún siente el aroma sagrado, llegan más hermanos menores a cuidar su sueños, zorros, grillos, las aves se van a dormir.

Aclara el día, miles de silbidos , lo despierta, es un día extraño algo presiente que ocurrirá.
En los cielos , ilumina el Tata Inti, la coqueta y pálida luna está de incógnita en los cielos Cóndor , me avisa José después de las 13 hrs , la luna le modera la mejillas Tata Inti.
Se produce el acontecimiento de la madre naturaleza, el día se vuelve noche, seres maligno se escapan de las prisiones de los Inframundo, las aves vuelan en total pánico, la tierra palpita, el hace conjuro para que las presencias malignas, no se escapen más allá de su radio, el terror consumen a los pobladores , ve estrellas en las bóvedas celestiales, lee los ríos , ve sus presagios, para la humanidad, se secarán los ríos, los hielos eternos serán evaporado, la tierra se secarán, la humanidad en su desesperación, invadiran territorio , saqueando sus recursos naturales y se comeran uno con otros, el futuro es terrible, José le dicen las estrellas.

Viaja a otro lado de la cordillera , en un gran pájaro de acero, en el vientre del gran pájaro bebe licor sagrado, llegando al otro gran océano de arenas blancas y aguas cálidas de color turquesa, en las playas encuentra vestigios de ceremonias y santerías.
José conecta su doble anclaje y recibe energía de sus ancestros, su estadía le sirve de enseñanza, eran bellas las mulatas de aquellas tierras brasileña.
Hay una mujer  que José en reencarnación la conoció en Portugal, en ese tiempo Vera era de gran riqueza, tenia una Flota de embarcaciones, que navegaron conquistando, la América Morena, ella de la alta aristocracia de Sao Paulo , en los tiempos de 1959, él al rozar su manos sobre la desnudez de Vera, siente vibraciones que Vera se queda sosprendida, y le relata que en la intimidad, su rostro es diferente, y la ve con la cabeza cubierta, y su piel es de un negro azulino.
José deduce que vino a cerrar un ciclo, él en vida pasada fue quemado en una plaza de Lisboa.

José se siente incómodo y solo sueña en regresar a su tierra limarina, aquí están sus raíces, el litre lo llama en sueños.
 
José Santos Araya, se retira a una quebrada cerca del poblado de Rapel, ya su edad estar cerca de su fin, y él  lo sabe, regresa a un humilde rancho, y se alimenta de su chacra , legumbres y verduras, que cocina en una diminuta olla de fierro fundido, se está limpiando su cuerpo, para retornar al Creador Supremo, duerme en la tierra gredosa, sus zapatos ya papitan la tierra que lo llama a su sueño eterno, el ha caminado muchos caminos, se codeo con la fortuna y la miseria, amo y lo amaron , pero aquella hechicera de los bosques húmedos , nunca más sus cuerpos se entrelazaron, el participo en ceremonias secretas , solo para grandes chamanes, viajo  a tierras extrañas a ceremonias energética, el tiene el don de sus ancestros, el volvió de la muerte, y aprovecho la oportunidad, fue un gran hechicero , sus enseñanzas quedarán en los mundos paralelos, él sabe que su fin está cercano, los vientos del atardecer le dicen , José ahora está cercano tu fin, ahora será sin regreso.

Purifica tu cuerpo y tus pensamientos, , se lo que eres nada más, lo pasado es historia, tus enseñanzas el viento del Limarí , las llevará a todos los puntos cardinales.

José quieren mirar esa noche con las danzas de estrellas él sabe que cuando amanezca él no amanecerá, su corazón detendrán su alocado caminar, quiere tocar las estrellas, realiza unos conjuros ancestrales, y su cuerpo etéreo, se eleva ,ve aquella quebrada, su ruco, viaja a Guarilihue, quiere ver a su amada , que nunca fue de él, ella con sus cabellos de platas hila, y hila con su cuerpo sutil acaricia su cabello y se despide sabe que él , partirá en ese viaje sin retorno, y esa hechicera, nunca más sus pupilas cansadas, mirarán su hermosura eterna, quizás , ella cuando se entere de su partida, lo recordara, ella en una ocasión, si ve la sombra de un cóndor tu partida será eminente, y el vio de su sombra la figura de un cóndor, el sabe que ya es el momento de despedirme de mis apegos y bienes, su cuerpo se va a convertir en polvo, se unirá a esa tierra gredosa, quizás en algunas centurias, su cuerpo hecho polvo , habite en algun utensilios de la Pacha.

En aquellas noche lo visitan en peregrinación los que se han ido , pero están presentes, le hablan José , rasura tu barba y corta tus cabellos de platas, pues de aquí no saldrás caminando saldrá de posición horizontal, el le dice, quiero dar mi último aliento en aquel añoso litre, lleva un un gran cigarrillo allí in habano de su chacra, se sienta en el suelo que es rosado por la gran cantidad de  cuarzo, recuerda que quiso alarma del crédito pétalos rosados y aquellos pétalos le entró los hongos y se fueron a la basura, ellos se quedó con lencería que nunca uso, esa mujer ardiente y fría , aún la ama, quiero estar a pues desnudos.

Le conceden y le dicen dal de tu rancho y caminar descalzo , el mira hacia atrás de pronto ve toda su vida, ve a sus Padres Celestino y Mercedes, a sus hermanos, a sus amores , sus hijos, ve su cuerpo inerte en las serranías de Litipampa donde a las edad de 27 años fallece y vuelve a la vida.
A ciencia cierta que ahora a las edad de 80 años no volverá , ni en reencarnaciones, a la tierra que él tanto ama , el que fue preparado en los Inframundo con las técnicas chamánica, realiza oraciones de agradecimiento, a la Pacha, al Tatita Inti, se despidió en el amanecer del día lunes, el sabe que aquel martes y no alcanzara a ver el Brillo del Tatita Inti, y no escuchará el trinar de las aves de los altos cielos.
José se arrodilló en la tierra de cuarzo rosado, los elementales de la naturaleza le hacen ronda, de sus ojos lágrimas caen, se despide de su vida, ve a la Señora muerte , le dice llega tu fin José.
Y corta de un certero golpe su cordón de plata, José alcanza a ver un brillo del Tata Inti, y he un majestuoso Cóndor, José Carlos al suelo , la Pacha tiembla un gran terremoto, abre la tierra y José y el añoso litre caen al mundo interior de la Pacha, vuelan José aferrado al hermano Litre.

Autor
Hector Araya Rojas.

No hay comentarios: