lunes, 20 de febrero de 2023

Páginas amarillas

Procesando tanta acciones, el hogar perdió ,la paz de convento, quizás el único habitante de esta morada, no está bien .

Hoy sahumerio de manzana, con agregado,luego miel con ajo, y ahora un chanchito amarillo está fumando en el comedor, que por viajar,quedó mal enchufado el refrigerador, y ese mal olor me acompaña, junto con la soledad desde el lunes pasado.

No puedo hablar , la lengua se volvió muda o floja, me dice para que hablar si tú hablas puras huevadas, o estás locos de tanto observar , de escuchar los mecanismos del  ser humano,somos puro bla bla, cómo dice Don Blas no tanto bla bla , escuché a Don Blas.

El chanchito feliz ya lleva dos cigarros de los 90 recuerdo de una boda veo que fuma y me dice loco trae otro, le digo tres por el día de hoy,mañana le compro una cajetilla de 10.

Escucho clásico de los 60,el mate con limón y ñipa, la afónia iba a escribir agonía, quizás agonía que veo que hay personas que no cambian o quizás el que está errado soy yo.

Esa pandemia nos dejo muchas enseñanzas,algunos le pasaron bonos , ife, cajas, a algunos artistas le compraron obras para ayudarlos, en las cuarentena, yo por mi parte recibí una caja de la municipalidad porque hablo un consejal Armando Mundaca, de dónde yo vivo no pasaron , quizás pensaron allí viven los pudientes.

Y la otra caja un joven de La Iglesia Adventista, llegó con una caja , me dijo Dios me envio a su casa a dejarles está caja de vivires.

Mi sobrino Rodrigo con mi hermana me envio cajas con frutas, verduras de huevos, y envío plata, mi amigo Sebastián , la nena, Carmen Luisa,me enviaron garganzo, lentejas, no llego yerba mate, si condones, e toallas higiénicas.

Pero Gracias a Dios sigo vivo , viviendo, procesando, cambiando mascarillas, nos quitaron el aproximarse , está prohibido abrazarse, toser, andar con fiebre es un pecado, es ser leproso.

El negocio de las Paletas de mi tía Malvina de la Pacífico  se fue a la quiebra por las reiteradas cuarentena, igual como en la primera cuarentena Lord Zoilo , se fue en busca de su ama,lo recuerdo claramente queriendo hablar y revisando las bolsas buscando su alimento fino , su caviar gatuno, pero el vivera, en una novela es un personaje un Lord Inglés, que se embarca en Coquimbo, rumbo a las Salitrera en el año 1949.

Miro al chanchito que también está en la novela, me dice tienes que pagarme los derechos  o dame otro cigarro.

Sigo afónico, por la eso no hablo, pero para hablar estupideces mejor sigo afónico.

El mate lo acompañe con unas paltas la que compre la donde Juanito de la calle Bachelet de la Limarí, deliciosa con unos cuecos en miniatura,con una cebolla grande , limón, aceite , sal.

El otro día con Omar y su familia fuimos a ver a Christian a Vicuña, no lo había visto de 2012, una década, su convento es energía pura , el un monje  con sus pensamientos claro, su búsqueda de Dios está en su morada, el vive en Dios. 

En sus paredes óleos de gran calidad, me sorprendió, en una pared un óleo de la quebrada del Macano, época 1998,un óleo simple sin pretensiones, estaba vivo la energía estaba en la la tela, aquel óleo lo realice cuando terminé la segunda parte de la kine, y dormí en aquella quebrada, en el atardecer realice el óleo y en la nochecita terminé la kine, y luego a dormirse bajo la vía láctea, que giraba como dragones en los cielos oscuras de Tulahuen, allí estaba ese óleo, y varios de Don Sergio, él estaba allí en cada pinceladas, en su mirar.
Lo mismo me pasó cuando fui al Bella Artes, y vi un Van Gogh, sentí en cada surco dejado por el pincel ,el respira a corazón latiendo, estaba Van Gogh, igual que un óleo de Cezzane, el arte es eso en cada obra está el ejecutante, aunque él no esté en este plano.

Nos invitó a su Celda de Monje,allí está la literatura del kinder planetario, como cuarentena o más libros artesanales.

Recuerdo cuando con Don Sergio , dialogando el decía los dos somos visuales, siempre mirando, recreando el mirar.
Hay personas motrices, emociones, intelectual, en el traspaso de energía me decía tu mirada nunca está quieta, está girando en tu cabeza , conectar tu Kath en la tierra, y repite  mantras.

Leseras que escribo por escribir.
GaticaAraya.

Aquietar los pensamientos, eres puro chichareo o cabeza de pescado.
Procesando tanta acciones, el hogar perdió ,la paz de convento, quizás el único habitante de esta morada, no está bien .

Hoy sahumerio de manzana, con agregado,luego miel con ajo, y ahora un chanchito amarillo está fumando en el comedor, que por viajar,quedó mal enchufado el refrigerador, y ese mal olor me acompaña, junto con la soledad desde el lunes pasado.

No puedo hablar , la lengua se volvió muda o floja, me dice para que hablar si tú hablas puras huevadas, o estás locos de tanto observar , de escuchar los mecanismos del  ser humano,somos puro bla bla, cómo dice Don Blas no tanto bla bla , escuché a Don Blas.

El chanchito feliz ya lleva dos cigarros de los 90 recuerdo de una boda veo que fuma y me dice loco trae otro, le digo tres por el día de hoy,mañana le compro una cajetilla de 10.

Escucho clásico de los 60,el mate con limón y ñipa, la afónia iba a escribir agonía, quizás agonía que veo que hay personas que no cambian o quizás el que está errado soy yo.

Esa pandemia nos dejo muchas enseñanzas,algunos le pasaron bonos , ife, cajas, a algunos artistas le compraron obras para ayudarlos, en las cuarentena, yo por mi parte recibí una caja de la municipalidad porque hablo un consejal Armando Mundaca, de dónde yo vivo no pasaron , quizás pensaron allí viven los pudientes.

Y la otra caja un joven de La Iglesia Adventista, llegó con una caja , me dijo Dios me envio a su casa a dejarles está caja de vivires.

Mi sobrino Rodrigo con mi hermana me envio cajas con frutas, verduras de huevos, y envío plata, mi amigo Sebastián , la nena, Carmen Luisa,me enviaron garganzo, lentejas, no llego yerba mate, si condones, e toallas higiénicas.

Pero Gracias a Dios sigo vivo , viviendo, procesando, cambiando mascarillas, nos quitaron el aproximarse , está prohibido abrazarse, toser, andar con fiebre es un pecado, es ser leproso.

El negocio de las Paletas de mi tía Malvina de la Pacífico  se fue a la quiebra por las reiteradas cuarentena, igual como en la primera cuarentena Lord Zoilo , se fue en busca de su ama,lo recuerdo claramente queriendo hablar y revisando las bolsas buscando su alimento fino , su caviar gatuno, pero el vivera, en una novela es un personaje un Lord Inglés, que se embarca en Coquimbo, rumbo a las Salitrera en el año 1949.

Miro al chanchito que también está en la novela, me dice tienes que pagarme los derechos  o dame otro cigarro.

Sigo afónico, por la eso no hablo, pero para hablar estupideces mejor sigo afónico.

El mate lo acompañe con unas paltas la que compre la donde Juanito de la calle Bachelet de la Limarí, deliciosa con unos cuecos en miniatura,con una cebolla grande , limón, aceite , sal.

El otro día con Omar y su familia fuimos a ver a Christian a Vicuña, no lo había visto de 2012, una década, su convento es energía pura , el un monje  con sus pensamientos claro, su búsqueda de Dios está en su morada, el vive en Dios. 

En sus paredes óleos de gran calidad, me sorprendió, en una pared un óleo de la quebrada del Macano, época 1998,un óleo simple sin pretensiones, estaba vivo la energía estaba en la la tela, aquel óleo lo realice cuando terminé la segunda parte de la kine, y dormí en aquella quebrada, en el atardecer realice el óleo y en la nochecita terminé la kine, y luego a dormirse bajo la vía láctea, que giraba como dragones en los cielos oscuras de Tulahuen, allí estaba ese óleo, y varios de Don Sergio, él estaba allí en cada pinceladas, en su mirar.
Lo mismo me pasó cuando fui al Bella Artes, y vi un Van Gogh, sentí en cada surco dejado por el pincel ,el respira a corazón latiendo, estaba Van Gogh, igual que un óleo de Cezzane, el arte es eso en cada obra está el ejecutante, aunque él no esté en este plano.

Nos invitó a su Celda de Monje,allí está la literatura del kinder planetario, como cuarentena o más libros artesanales.

Recuerdo cuando con Don Sergio , dialogando el decía los dos somos visuales, siempre mirando, recreando el mirar.
Hay personas motrices, emociones, intelectual, en el traspaso de energía me decía tu mirada nunca está quieta, está girando en tu cabeza , conectar tu Kath en la tierra, y repite  mantras.

Leseras que escribo por escribir.
GaticaAraya.

Aquietar los pensamientos, eres puro chichareo o cabeza de pescado.

viernes, 17 de febrero de 2023

 

                                                   Capítulo 

                                                          I

 

              1949 en un ramal cercano al poblado de Combarbalá, llegan cuatro jinetes de negros riguroso, en cuatros caballos, un gigantesco perro negro de aspecto  siniestro , de gran ferocidad llamado  cancerberos.

           Un Temporal de aquellos que parecen de no creer en la pre cordillera de La Perla del Limarí… Silban las espinas de los copaos por los ventarrones que casi hacen  volar a los jinetes  de sus caballos.

           Tesforo, su sombrero de copa, voló quedando  en la cabeza de un erguido copao solitario, los hermanos sueltan un gran risotada,  Herminio grita

        _ Mira donde está tu doble Tesforo _

         Sus mantas al viento se volvieron albas,  el frio calabas los huesos, de su existencia.

         Sobre los caminos, mantos de minúsculos cristales, caen sobre los Candelabros  Pre cordillerano ellos cambian de traje,  la tierra bendita  se tiñe de blancos cristales caídos del cielo, se le cambian la faz a los hermanos Araya con  sus caballos,  la ruta es un mantel albo, que van dejando a las espaldas de los jinetes sus huellas.

         La Estación de Combarbalá , se cubrió con medio metro de mantos de nieve… El Tren 379 no podrá salir a la hora señalada en el ticket, tendrán que pernotar en la Estación o en los carros.

             En los cielos cubiertos de nubes cargadas de aguas, minúsculos cristales de hielo caen, sobre la tierra del norte chico, son truenos, relámpagos,   estruendosas tacas, los cielos están furiosos, la nevazón es apocalíptica,  todos tendrán que esperar que aminore el Temporal.

              En los pueblos cercanos precipitaron 60 mm de lluvia, bajan las quebradas, estero, el río Huantulame aumentan sus caudales.

             Las aguas serpenteando bajan ruidosamente llevando todo a su paso rumbo al  valle del Limarí.

             Son los hermanos Araya Araya… Ramón su rostro el que nunca sonríe,  cuando hablaba, le brillaba un colmillo de oro,  era la mirada de un halcón chamánico, de cabello negro, nariz aguileña, su tono de voz es intimidante, vestía  con un manto de castilla, sombrero de paño negro, pantalón de tela bellavista tome, con una correa con una cartuchera de cuero de cabritilla, la ropa la compraron en un almacén de Quilitapia.

           Un revolver colt de empuñadura de nazca, se lo vendió un gringo, por unos pocos pesos de platas con treces balas de platas, si por los caminos se le cruza el Maligno, camisa blanca de cuello almidonada, una especie de corbata con un Halcón de plata, una chomba negra,  zapato de cuero negro.

           Herminio  era calvo a pesar de su juventud, de ojos oscuro se rasuraba con su corvo, su compañero  amigo inseparable... en su mejilla izquierda un corte de navaja por una pelea en un bar de Punta de Rieles por allá por el 1945, por una damisela recién llegada a la casa de remolienda, llamada Mireya, de  cabellera natural…  A la rubia,  la deseaban  todos.

           Todos quería pasar la noche con ella, Herminio fue su primer Hombre, que recorrió su geografía de mujer,  por eso tenía esa cicatriz en su rostro.

           Un cafiche capitalino, que quería ser el primero en mancillar esa flor del desierto, le dejo ese profundo recuerdo.     

          En un rudo enfrentamiento  entre Herminio,  con su rival de amores, le ocasionaron ese corte, al capitalino no fue su día de suerte, simplemente lo despacharon de un certero corte del corvo en la yugular, al más allá fue enviado el pije.

          Su vestir era un terno negro, con una camisa rojo, con corbata negra, con su poncho hilado por su hermana Pabla, en su rancho, en la Totorita, cercano al poblado de Manquehua.

          Con su corvo de plata, por el mismo forjado en su fragua en Litipampa,  templado en sangre de una doncella virgen de su primera menstruación,  su empuñadura era de un metal extraño de color negro, de una roca de un pique,  en un lugar llamado Centinela… la cartuchera de su corvo, la compro a un artesano de Soruco.

            El tercer hermano el mayor José Santos recién regresado de la muerte.  Su arma era sus conocimientos enseñanzas de Chaman.         Era sencillo su vestir,  poncho negro, con una camisa sin cuello de color ocre, pantalones de petate, un par de botas sencillas, siempre a su pecho un morral de lana de oveja negra… Su cabellera era larga, trenzada con una soga de color negro, al final todo oculto en un sombrero de ala ancha de paño en color negro,   su rostro era misterioso, con una seriedad distinta desde que llego del inframundo.,

           Los tres eran altos, de músculos de acero, forjado por su duro entrenamientos en las minas, agricultura… ellos eran limarino de acción.

            Eran cuatro jinetes que llegaron aquel martes 13 de Julio al ese ramal, esperando aquel Tren que iban rumbo a la Estación Lo pintado...   Ramón, José Santos, Herminio,  el cuarto jinete que después regresa a Litipampa con los cuatros caballos, y su perro cancerberos  es Tesforo Araya  el cuarto hermano… era diferente a sus hermano, sus ojos son celeste, igual que su hermana Virginia Rojas, de piel clara cabellos de oro, su rostro alargado  con una muesca en su sonreír, su vestir era más elegante, un abrigo,  un sobrero de copa y un bastón de guayacán, una perla negra en su empuñadura.

                 José Santos cuando visito los mundos desconocidos de la muerte, le habló un Ente de una Ciudadela Omega, que en la zona de Atacama la conocen como Tololo Pampa.

                 En esa visión, el conoció la entrada secreta,  al inframundo de lo desconocido, en su morral  un atado de yerbas alucinógenas,  para comunicarse con su Chaman interior, conocía los viajes  al inframundo, no tenía problemas al cruzar los portales energético iba de aquí para allá y de allá para acá.

                   Tres boletos de cartón piedra con el logo de ferrocarriles del Estado de Chile, compra Ramón en la boletería de La Estación, cancela  por un  valor de 20 mil pesos o una sabana (dícese al billete de 20 mil peso por su gran tamaño), destino Estación Lo Pintado, donde irán a una oficina salitrera en busca del oro blanco, pues la Ciudadela es realidad o mito, eso lo descubrirán más al norte.

                   Ramón Alberto Araya Araya lleva algunas monedas de plata, un doblón de oro encontrado en un entierro… en un pequeño saquito de cuero de cabra, que en su interior pequeñas pepitas de oro de las quebradas de Litipampa.   

                   Suben a un carro que tiene una salamandra con una pequeña fogata en su interior, cerca del carro del combustible, para hacer marchar aquel Coloso de acero, que expulsa vapor por sus narices… algunos colocan sus manos entumecidas, para abrigarla.

                 Los tres pasajeros eran de pocas palabras, José Santos que en una robusta libreta, su bitácora de anotaciones del viaje no se cansa de anotar, realizar bocetos.

                Observa a una elegante mujer, de extraño acento, estaba admirada por la nevazón, tenía  mucho  frio, alguien le dice

             _ venga para acá, esta abrigadito_, ella le dice _ muito Obligado _.

                 Ella tiene una elegancia nunca vista por José Santos, ella de ancestros africanos, portugueses, de La América  Morena… Lucia Vera de Sao Paulo  Brasil, es de una rara belleza, es una mulata, pero su piel es bronceada  ojos verde limón, sus cabellos ensortijada de un negro carbón, de aroma a la amazonia… de una estatura de 1.65 metros de medidas venusianas en su pecho, un colgante circular con una cubierta negra, en su interior una Virgen Negra, su protectora, ella de 26 años de una belleza voluptuosa,  unas caderas que en su vaivén caminar es pura sensualidad,  un poderoso imán, José fija sus ojos de Chaman de las animas en aquella hembra, embriagado por tanta belleza,  José queda atónito.

               Se sienta a su lado,  le pregunta su nombre… Ella casi no comprende sus palabras,  él le habla en forma más lenta, es Lucia de una  playa de Iguape, donde tiene una casona de piso de piedra, las cubiertas de sus mesas son de mármol, el océano atlántico en mareas altas, a su casona la convierte  en una isla, en las noches aves de las tinieblas la invaden... Cercana a la Ciudad de Fortaleza.

             Lucia Vera  Nacimientos dos Ríos de gran fortuna, hechicera, una Bruxa, Sacerdotisa de macumba, hace varios meses que está viajando por muchos medios de transportes, quien  cruzo en Tren Trasandinos de la República Argentina desde allí a la Capital de Chile, su destino final Estación Lo Pintado.

         Comienza en La Estación de La Calera en El tren Longitudinal de trocha angosta, rumbo al Norte Chileno,  hacia esa pampa ardiente.

            El Ferrocarril número 379 con varios carros  de pasajeros de primera, segunda, otro dormitorio el carro comedor casi al final,  un carro extra para el personal  de 12 funcionarios a cargo de Nicolás Zepeda Gonzales, Ovallino del barrio ferroviario.

           Allí están atrapado por la nevazón de Julio, se abrigan en unas pequeñas salamandras, algunos beben mistela, para disipar el frio que le esta congelando su respiración y su humanidad... Avisa el Jefe de Estación que por la mañana del día miércoles partirá rumbo al norte… le entrega unas mantas de castilla, unos chalones,  más  leña para salamandras.

           En la lejanía, se escucha el ladrido de cancerberos  de regreso a su hogar con Tesforo Araya. 

           Los cuatro caballos, un perro, un jinete sus figuras se recortan a la luz de la luna que se escabulle entre los negros nubarrones, por caminos cubiertos con minúsculos cristales de vida rumbo a Litipampa.

           Media noche en el carro de cocina le preparan un consomé para abrigar los cuerpos de los entumidos  pasajeros  de aquellos carros, algunos que tenían pasaje de primera clases, pasaron a dormir a sus asientos cubiertos con mantas y chalones, entre ellos Lucia Vera,  algunos terratenientes que viajan  pal norte, los hermanos Araya Araya se quedaron  tomando mate con aguardiente

           Aclara el día, todo es albo, comienzan a echar carbón piedra a las calderas, la nieve comienza a derretirse con el calor del vapor.

           Comienza  en las altas montañas nevadas a nacer el Padre Sol, los pasajeros vislumbra la cadena de la cordillera de Los Andes, la luz encandila por la brillantez de la nieve Limarina.

            El Jefe de Estación grita 

        _¡Pasajeros al Tren en marcha, primera parada en La Estación de Huatulame! __ .

             Comienza a moverse aquel coloso, desplazando la nieve hacia los costados, la travesía será larga, el paisaje es lumínico por la limpieza de aquel Temporal acontecido en este de mes de Julio.                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                             

          Vera Lucia va  sentada en los carros de primera en asiento forrado en cuero café…  frente de José Santos, él embelesado, la mira aquel monumento de mujer.     

         La vegetación nativa, brilla por las lluvias torrenciales, que acaban de terminar, charcos, pozas del aguacero, se refleja las nubes blancas, que se confunden con el vapor de aquel Tren, pasan por Estación Mostaza, un guarda vía, hace el cambio, la maquina continua su camino a 200 metros un monumental Puente.

         Los candelabros erguidos de los copaos contempla aquel coloso de fierro que va pasando por el Puente Mostaza de forma curva, se asemeja a la sonrisa de la luna, los carros  la maquina casi no le afecta ese puente de piedra curvo,  pasajeros por las ventana ven aquel espectáculo de la Pachamama. 

        Unos sonidos a las distancia de los trashumante, alerta a los pasajeros y al personal del Tren.

        De pronto el conductor Nicolás, alto de unos finos bigotes ve a lo lejos un arreo que viene bajando de las veranada de la cordillera, caprino, ovejas mulares, caballos,  unos pastores de cuatro pata acompañados por trashumante, van cruzando por la ruta del Tren.

        Nicolás Zepeda  frena bruscamente esa caravana de carros.. .  Lucia Vera cae en los brazos de José Santos, su cuerpo es un llamado al pecado,  lujuria a la pasión.       

              Allí en su brazos esta toda su humanidad Lucia Vera mira con sus ojos verde limón a José Santos.   

             José palpa su cuerpo, siente su corazón latir en sus mano, la otra está en su cintura, la aferra, le roba un beso ella se enfada lo insulta por su atrevimiento.

              Algunos caen por el pasillo, se escucha el arreo de los Trashumante, hombre rudos, con sus  ganado caprinos, ovejas, sus caravana de caballos, mulares.    

           Las ovejas balan, los perros ladran, el Tren toca sus campanas de bronces, van pasando lentamente los jinetes con sus voces cantarinas y sus únicas posesiones su ganado.

           Las ruedas de acero nuevamente comienzan a girar sobre esas líneas de acero van recorriendo Los Valles Limarino,   se ve una virgen en los roqueríos es una gigantesca piedra que a lo lejos parece la imagen de La Virgen María, algunos se persignan ante aquella imagen en la Piedras.  

        Isla de Cogoti, Puente La Patona, imponentes puentes de piedra, pasan por la Estación de San Marcos, mas allá a la distancia un túnel en el cual el día se vuelve noche, Estación San Lorenzo  del Pueblo de Chañaral alto.

             El Tren va dejando  nubes blancas por aquellos valles de la Perla Limarina.  El rio de plata besa la tierra mojada gredosa del norte chico, las techumbres  se han lavado sus rostros.   

            Unos niños ven pasar el tren por la Estación Nomuco, sueñan viajar en aquel coloso de acero, rumbo a la fortuna.

            Estación de Huatulame a la vista, el cortador de boleto con su elegancia, avisa que están llegando. 

            La salida será a las 18 hrs, rumbo a Montepatria, para llegar a medianoche a la Ciudad de  Ovalle.

        Doña Maruja la dueña de la casona del Tomate en Huatulame, revisa las bodegas de víveres, pasaran a su Pensión a Almorzar los pasajeros del Tren, había dejado unas carnes en remojo, sus hijas había preparado el pino, para la especialidad de la casa las empanadas calduas, que uno se chupa los dedos, el ají color que chorrea por los codos, leña, carbón, vino todo reluciente, la leña la tenían bajo techo por las lluvias.

            Avisan que en Huatulame se detendrán  por un tiempo de cuatro horas,  pueden pasar almorzar, a La Casona del Tomate al lado de La Estación a la orilla del Rio Huatulame.

               El Tren, es cargado con carbón de piedra, que le inyecta la fuerza transformada en vapor para mover esos colosos de acero por esas líneas paralelas que el sol nortino, la trasmutan en líneas de luz, donde se ponen en movimientos ese caballo de acero.

               Los Pasajeros  bajan, Lucia Vera se había cambiado su traje,  encandila con un traje rojo con un escote de rfente y reverso, su piel carioca atrae miradas de deseos, su sobrero rojo, el quitasol son un fuerte impacto visual, rebosante de sensualidad.

             Que José queda  babeando por la mulata, Lucia Vera, ella es una Diosa del país de la samba, un país muito grande del Mundo, ella sabe de su belleza exótica, es una Bruxa de Aguape.


                                                     Capitulo

                                                           I I

              La Casona del Tomate, el aroma embruja  a los pasajeros de la maquina 379, una cantora con su traje de China da la bienvenida. Un piso de tierra, rociado con el agua de la lluvia,  Rosa María alegra a los parroquianos.

              José Santos Araya, ya había besado esos labios carioca, invita a Lucia Vera Nacimientos dos Ríos a una mesa, su hermanos se acercan donde está la cantora Rosa María, con su traje de china de vivos colores se ven unas hermosas añañucas,  flores nativas de la Perla limarina en ese género, un gran escote que dejan  a la vistas sus atributo de hembra.

        La silueta de la guitarra, ella lo acerca  a su cuerpo de mujer y sus atributos rozan la madera de la guitarra, se ensamblan a la perfección.

              Los hijos de la dueña de La Casona del Tomate, comienza anotar los pedido, pasan churrascas pequeñas con pebre, cebollas, tomates, ajíes, cilantro, perejil, limón son de las hijuelas de Huatulame y el Tomé,  un buen tinto traído desde El Cuyano.

               Los vasos chocan por los aires, limpiando las gargantas de la sed  de los parroquianos, se secan las Dama Juana de 15 litros.

                Aparece humeando  una cazuela de pava, con chuchoca, papas, zapallos, morrón, zanahoria,  una rama de apio para que no caiga mal a las tripas de los parroquianos. 

             Ensalada a la Chilena con tomates del Palqui,  cebolla de Huatulame,  con aceite de oliva del valle de Huasco,  secan los vasos con ese tinto que se parecen a ese vino que Jesús, llevo a las Boda de Canaán, los hijos preguntan si desean empanadas calduas,  la especialidad de la casona o pastel de choclos.

              Lucia Vera quieres empanadas José Santos, pide empanadas y más vino, mira a esa hembra que está a su lado un bocado, jugoso como el vino.

           Se puso amoroso con Lucia Vera esos ojitos verde limón lo hipnotizaron y esos labios de frutilla lo enloquecen.

            La Paixao la hacer sudar, esa piel late quiere estar desnuda, como en su playa de Iguape,  con el mar color Turquesa.

            Ella en noche de luna llena se bañaba como Dios la trajo al mundo, dejando unas velas en la playa, ella es Bruxa Carioca.

            Ramón se saca su manta de castilla de color negro, dejando a la vista su revólver colt, un rayo solar ilumina el corvo de acero inmaculado de Herminio,  una cicatriz en su rostro... Lucia Vera observa que está bien armado.

              Deja a la vista su  pierna que cubren con medias de encajes rojas que van sujeta a un portaligas de color negro azabache, una pequeña señorita violenta de acero reluciente… José Santos mira esa pierna,  Lucia Vera la tapa rápidamente.

              El aire trae aroma a empanadas, es un elixir para los sentidos, Lucia mira con alegría y ansia esas empanadas de una cuarta, que vienen volando por aquella Casona, la miran  José Santos, la toma entre sus manos, Lucia quiere utilizar el servicio, y José Santos le dice Señorita ese repujado son las asa de la empanadas de allí se toman, la empanada es tu cuerpo, bella Señorita… el jugo tiene que corren por tu piel, ella le dice que nunca se ha servido una empanada.

             La empanadas, calduas, en los labios de Lucia Vera, sonríe y deja ver esos marfiles de la sábana africana  esa sonrisa derrite los hielos,  ella en portugués exclama que maravilla,  tiene cebola, ají de color, orégano, comino, el jugo corre por el cuerpo de aquella mujer, sus dos atributo coronados por unos pezones de ébano, se tiñen del pino de esa calduas empanadas de Huatulame, por sus codos corren ríos de ají de color de la tierra de las Brujas de la raja de Manquehua de Salamanca.

            José le toma ese brazo,  comienza a chupar ese torrente de pino que baja por sus brazo,  desde alli salta a sus pechos, coronados por ébano que sudan por la pasión,  ella se moja de pasión, quiere ser poseída, quiere eliminar su ropaje, solo quiere estar desnuda, José besa esos labios de granada fresca.

            Ambos se retirar afuera hay humedad, hay poza en el patio del aguacero que acampo de madrugada, ellos están calientes van por un pasillo de la Casona, casi ya van desnudos,   ven una pieza con las puertas abiertas, un catre de fierro fundido, en una cama desecha, se lanzan a ese campo de pasión, ella se despojas de lo poco  y nada que le estaba quedando,  solo esta su piel  dos medallas en su pecho, aroma que huele a lujuria con pasión.  

     Allí esta Lucia Vera una Diosa, una mulata con sus cabellos largo rizados que caen en cascada sobre sus espalda, un bosque de la Amazonia cubre  su tesoro con torrente de ríos sagrados, sacerdotisa de Igaupe, está allí un bocado de pasión, José  se aferra a Lucia besándola por completo, quedan con sus labios resecos, baja a ese rio de la amazonia a calmar su sed y pasión, se vuelven a humedecer sus labios con torrentes sagrados.

       Los dos solo son un corazón latiendo es un encuentro esperado por centurias,  José vibra en el interior de Lucia su valle sagrado, es un Universo de pasión, ella sangra grita de júbilo, sus vellos púbicos, se tiñen de sangre, hacen el amor hasta quedar agotado sobre esta cama con aroma a tomate y empanadas calduas, llave que abren las puertas del paraíso.

                En aguas cristalina de lluvia… Piel con piel se bañan, y se secan a los rayos del Sol Limarino de invierno, rápidamente se viste, un pito le pone en aviso, que  el Tren 379 está próxima a continuar su marcha.

                 Herminio, Ramón, notan la ausencia de su hermano José Santos, quien rápidamente sube rápidamente con Lucia Vera.

                 Se escucha un silbato y el tren continua su ruta, ven un poblado llamado El Palqui, con su Estación, el cortador de boleto le avisa que están por llegar a Montepatria, allí se detienen para que se bajen algunos parroquianos que viene de La Calera, Illapel y de la Capital.

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-                                                    Capitulo

                                                         III

      

 

           Mientras tanto Helena Denis Tamango Huanchicay, de raíces; animas, molles, diaguitas quien vive en el Valle del Encanto (en las piedras tacitas ella lo llena de agua  por sus vórtices energético entra en trance, Los Entes  Arkeís de La Ciudadela Madre, la dominan mentalmente, es un títeres en las manos de ellos, tiene que viajar en El Tren 379 rumbo al  norte.

        Un Ente  amorfo de  La Arkeís de nombre Cyaneus, tienen planes para Helena Denis Tamango Huanchicay.

         De madrugada se embarca en un carreta desde El Valle del Encanto a La Ciudad de Ovalle,  por caminos polvorientos pasan por Potrerillos Alto , cruzan el rio Limarí  en el sector de Los Peñones por el Puente Fiscal, de allí por el camino del Romeral, se ve El Castillo de los Rojas, con grandes extensiones de tierra donde siembra trigos, cebadas, tabaco, plantaciones de alfalfa donde pastorean ganado de cabeza blanca, el Sr Hacendado en su caballo recorre sus territorios,  ella continua  deja su maleta , saca un ticket rumbo pal, norte el Tren sale a media noche.

       De La Estación se va  a la Alameda a comprar algunos engaños para el viaje, de la Alameda baja por calle Independencia hacia el Mercado,  que en 1945 fue su apertura , un edificio nuevecitos de paquete, allí se va servir un almuerzo, luego se va a dar unas vueltas a la Plaza de armas tiene toda la tarde para pasear por La Ciudad, su Hermano se despide  regresa al Valle del Encanto, ella camina y camina por la ciudad pronto llega la hora de la oración los cerros se tiñen de tonalidad violeta, comienza aparecer sobre su cabeza miles, millones de estrellas, espera que llegue el Tren a La Estación.

                Avisan que en la media noche estarán en la ciudad de Ovalle capital de la provincia del Limarí, granero del norte chico.

                Ramón Alberto, va sentado por el lado izquierdo,  va mirando el paisaje a la luz de la luna llena, Paloma, Carachilla, van pasando ante su mirada de halcón, a su lado Herminio, afila su corvo, con una pequeña piedra para afilar, de un morral de cuero saca una botella de aguardiente de Chañaral de Caren, que el compro en La Estación de Montepatria.

             Ve unas cúpulas es el hogar del niñito de Dios de Sotaqui, Hacen una nueva parada de media hora, para continuar rumbo a Ovalle City.

             El cocinero de la Maquina  en Sotaqui  compran  porotos verdes, paltas, de los paltales del niñito Dios.   

             El jefe de Estación toca un silbato,  el tren continuo su marcha, se ven parronales podados para la próxima cosecha a la luz de la luna.   

            Ramón ve de pronto un gran puente de acero, con miles, millones de pernos remachados, sobre un rio que viene  de los valles de Rio Hurtado, es una obra de la ingeniería humana.

              Es una Torre Eiffel, dormida en el lecho del rio.   

              Llegan a una pequeña Estación de Puntilla donde el guarda vías hace el cambio para La Serena o para  Ovalle Ovalleeeee.

              Ovalle gran ciudad de La perla del Limarí,  lo baña un rio con el nombre  Limarí,  que significa siete ríos. Metrópoli de los antiguos habitantes Ánimas, Molles, Diaguitas, esta tierra era su tierra. 

              El Tren,  baila sobre esas líneas de platas,  se dirige rumbo a la Perla del Limari, pronto otro Coloso, de concreto  Puente Fiscal, construido por los años 1937,  Coloso que algunas pequeñas góndolas  o camiones mixtos van rumbo a la Capital Santiago de Chile.

             Por la parte posterior de la Calle  Romeral  se escabulla cual serpiente,  en el Cruce del Puente Los Cristis, un majestuoso Castillo  de la familia Rojas.

             El tren con sus carros, va pasando por la Maestranza, de pronto sus ojos ven un gigante de concreto que en su interior duerme ese vital elemento que es el agua sangre cristalina del Río Limarí, que baja jugueteando desde la cordillera de los andes.

              Por la parte posterior de la Calle  Romeral  se escabulla cual serpiente,  en el Cruce del Puente Los Cristis, un majestuoso Castillo  de la familia Rojas.

 

 

 

                                                     Capitulo

                                                           I V

 

             El tren con sus carros, va pasando por la Maestranza, de pronto sus ojos ven, un gigante de concreto  cual cáliz de plata observa a la ciudad,  Ramón ve esa copa de agua,  un letrero de madera de fondo negro  con letra de madera en blanco que dice Ovalle, centenares  de personas, que esperan aquel caballo de acero, que son iluminado por la luz de la luna llena , aquellos faroles de base de concreto con esfera de cristal, y aparece una Estación de Arquitectura Neo Clásica.

      Un fuerte sonido, La Maquina 379 se dirige a un gran tornamesa, donde girara,  cargan carbón, agua.

             Un funcionario de Ferrocarriles del Estado de Chile en su mano un farol a grito cantado avisa. 

__Medianoche, Estación de Ovalle  Capital de La Perla del Limari_

          Y comienza a bajar algunos pasajeros, que rápidamente salen rumbo a los estacionamientos de los coches con sus cocheros llamadas  Victoria tirada por caballos bayos.

                Ahora en la Estación la estadía será tan breve como un suspiro del alma.  Los  pasajeros del 379 bajan  a mirar tan bella Estación Neo Clásica a la Luz de la Luna Llena. 

       Los hermanos bajan en compañía de Lucia Vera… se confunden con los Ovallinos  que están esperando a familiares , despidiendo a otros.

       Helena Denis Tamango Huanchicay, está allí rumbo al norte por mensajes en trances por Ente de La Ciudadela Madre, es de pocas palabras, pero de gran belleza ancestral, nació  bajo la sombra de un espino en el sector de Camarico Viejo,  se crio en el valle, ahora está subiendo al Tren rumbo al norte Chileno.

       Hilda Salfate Salvatierra, hermosa hembra de ojos de verde olivo, labios de rojo pasional, de cabellera de fuego, un cuerpo jamás poseído… Se dirige a Iquique, tiene prohibido enamorase, es una mujer solitaria, viene acompañada por su fiel mayordomo Eugenio Venero Hui  Chang,  de tez casi amarilla, de ojos orientales sus cabellos rasurados solo se le destaca una larga moña trenzada que le llega a la cintura. Impecablemente vestido  de  un terno de un vivo color purpura, con camisa  celeste,  corbata amarilla, y un sobrero de copa del mismo color del terno, Eugenio Venero Hui maestro de artes marciales japonesa, es descendiente de una casa samurái, una katana con empuñadura de oro,  algunos zafiro, esmeraldas, tiene el alma de un gran Maestro  Samurái, en un bolso lleva oculto aquella milenaria arma mortal.

          Ramón queda encandilado por eso ojos de verdor de las aceitunas de Azapa, una colorina, viste un inmaculado traje de dos piezas de tonos azul turquesa con bordes en rojo magenta, pero su lencería era del mismo tono de sus labios, una enagua de rojo magenta con bordes de azul de turquesa,  su sostén ocultan sus montañas virginal jamás escaladas también del mismo tono.  

         Su lencería resucita a los muertos,  porta liga en dos tonos rojo magenta y ese azul de turquesa.

            Hilda bella , sensual romántica, belleza menuda …en sueños profundo recorrió la Ciudad Imperial hogar de sus ancestros , la ciudad prohibida,  es Ovallina de adopción , vive en Las Revueltas, llega a La Estación en una carroza tirada por caballos alazán, con un pequeño baúl, de cuero de tonalidad negra, Hilda sube al carro.

            Ramón, saluda se saca su sombrero   

        __le dice Señorita aquí esta su aposento__.

         Ella  sonríe, un aroma a paraíso llega a los sentidos de Ramón.                                                                                        

        __él dice ese es el aroma de los Ángeles celestiales __.    

         Recorre con su mirada  aquella creación de Divina, Hilda se incomoda con aquella mirada lujuriosa de Ramón.

         El Tren va pasando de Estación en Estación, Recoleta, Higuerita, Agua Buenas, Las Perdices, Las Cardas, Pan de Azúcar,  luego oliendo aroma a Océano Pacifico.

         Avisan que en la madrugada arriban a La Estación de Coquimbo, de allí a la Ciudad de Cien Campanario.


                                                     Capitulo

                                                          V

 

        La maquina 379, hace su ingreso a  Estación Coquimbo, donde se aprovisiona con víveres , producto del mar,   papaya de la ciudad vecina, el vapor de las calderas cubre sus calles céntricas del Puerto, por Calle  Aldunate, pleno centro del puerto, tierra de Changos  y  Piratas.  

       En Puerto atraca, un Velero Ingles de nombre Drake,  con un Ilustre Lord Zoilo Butterfield , viste un terno de tonalidad atigrado, en lana escocesa con una bufanda blanca, guantes del mismo color.

       Llega a La Estación del Puerto, compra su ticket rumbo a la Estación Lo pintado.

     Bonachón rucio de mirada felina misteriosa, su andar es felino, inteligente, observadora, muy intuitiva de bigote blanco refinado, muy parlanchín bueno para la buena mesa.

    Se embarca  en el carro de Primera Clase, digno de un Lord Ingles.  

      Pronto estarán en la Ciudad vecina de La Serena a pocos kilómetros de Coquimbo los pasajeros del lado izquierdo van mirando el Océano Pacifico, aun no aclarea.

         El tren llega de madrugadas  a La Serena  Ciudad Colonial, aún el gallo no canta  5 .15 am, de las penumbras  del Campo Santos de las alturas de La Serena, bajando raudamente un Carruaje tirado por cuatro caballos negro, con adornos de cuero negro con incrustaciones en  plata, el cochero de un negro lustroso entre tanta tonalidad oscura solo se ve  su leve sonrisa,  el cuello de su alba camisa, es Judas.

           Juan Bartolo  Cruces  Caídas de elevada estatura  de una fina estampa, sus ojos intimidan  al verlo da un escalofrío,  su rostro se asemeja a una calavera con la piel que esta adherida al hueso, sus manos huesudas la  izquierda va un anillo de oro con un rubí, en su mano derecha sostiene una pipa en forma de calavera de marfil, que se la lleva a su boca  el humo  cubre su rostro,  solo se ven sus ojos  que hipnotiza a quien mira. 

       Lleva un bastón con la imagen de una serpiente, en oro con ojos  rubí, un anillo con el rostro de la calavera  en las cuencas de los ojos  dos esmeraldas en su mano izquierda, un reloj con cadena de oro, que está oculto en un bolsillo de un traje de un negro no descriptivo solo brillan algunos eslabones de oro… Sobre sus hombro una alforja de cuero con su nombre en plata JB, en su interior, solo él sabe lo que contiene.

          Hilda le llama la atención este pasajero enigmático.  

          Juan Bartolo, se da cuenta de la mirada de Hilda,  ve la hermosura de esta enigmática mujer que se subió en La Estación de Ovalle, el quiere poseer a esa diabla, él se siente atraído por la belleza exótica de Hilda.

         Del Valle de Elqui un Pseudo Profeta, solo llamado El Cristo de Elqui,  de apellido Zarate oriundo de la localidad de Rio Hurtado  que vestía una media luna sobre su cabeza… una túnica, de un color entre un blanco que alguna vez fue alba, delgado alto de 1.75, de barba y cabello largo que se asemejaba a Jesús, muchos decía que se escapo de una casa de orate de Putaendo, pero era sincero en su hablar de su boca salían predicas, sermones,  bendiciones  alabanzas a su Padre el Señor Dios,  con tres discípulos, dos mujeres, las damas eran trabajadoras del placer escucharon el sermón del Cristo Elquino,  sobre  el encuentro  de María Magdalena con el  Nazareno, quien con sus cabellos  seco, los pies  después de lavarlos, masajearlos con finos aceites y perfumarlos  al Maestro Jesús el Cristo.

      Un hombre un penitente, que estaba pagando sus errores en una cuerva al interior del valle de Rio Hurtado, de nombre Sabatt del Rosario, sin luz en sus ojos amigo de Infancia de Zarate el Cristo.    

         Él Cristo de Elqui va a predicar a la Oficina Salitrera Flor de Hojalata, ubicada en un ojo de agua, en medio de la nada, el administrador es un terrateniente de Fortaleza una ciudad Puerto al norte de la república de Brasil, de nombre Enzo Cayetano Vahéense.

         Es una pequeña ciudad con todos sus adelantos para aquella época, al interior de Iquique, allí están esperando un acarreo de peones, trata de blancas, para una Burdel flor de hojalata, cuya regente Doña Dolores Encarnación de Las Mercedes , llegada de la Ciudad de la Paz (Bolivia).

        Herminio tiene una querida en aquella Oficina Flor de Hojalata, que lo espera.   El es matón de aquel burdel, todo le tienen miedo a sus puños,  a su corvo mortal, que ya tiene la sangre en su filos de varios parroquianos  de Incahuasi, Inca de oro, de las salitreras y también del puerto de Coquimbo.  

               Para septiembre tiene que estar en aquella oficina, con ese Sol abrasador,  esa luna fría que congela la sangre por esas noches.   

                Herminio no se imagina la cantidad de parroquianos que va pal norte.    

                Casi la mitad de los pasajeros se dirigen al desierto más seco del Planeta,  Pampa del  tamarugal, que sus  napas    subterráneas reciben aguas de los inviernos del altiplano, en los veranos,  por aquellas lluvias milagrosas, sobreviven pequeños vergeles en  el desierto más seco del planeta.      

          Este Coloso a vapor lo dejara en La Estación Lo pintado.

          Desde allí a buscar las Oficinas Salitreras, algunos bajaran a Iquique.

          La administra el  Sao Paulista Enzo Cayetano Vahéense un hombre elegante  violento de 45 años.  Su bastón  oculta  una hoja de un filo, que corta, hasta un árbol de un certero golpe, el en su abrigo oculta un revolver, con un cargador de doces municiones  de oro… las balas van marcada con el rostro de una calavera y una escritura que dice  “Bienvenido al Infierno ja ja ja”.   

         Su dueño, la gano en una partida de naipes en un Burdel de Iquique por el año 1940.    No es de confiar, Lucia Vera lo conocía de Sao Paulo donde eran amantes, ya que con dos eran casados, el cada dos años regresaba por breve tiempo a Sao Paulo,  en uno de esos viajes, la invito a su nueva adquisición una Oficina Salitrera,  Enzo le obsequio una nueva Oficina llamada El Delirio.    

             Ella será señora   ama de esta Oficina El Delirio, ella quedo prendida de José Santos. 

              Le comenta que lo invita a participar, con ella de la administración de aquella oficina en la Pampa del Tamarugal, a partes iguales.

            Lucia Vera nacida de Sao Paulo, pero vive en fortaleza, ve la sequedad del paisaje, llanuras de tierras inhóspitas, busca con la mirada a José Santos, aun recuerda su encuentro en La Casona del Tomate de Huatulame, le llega el aroma de  esas empanadas afrodisiacas, que la llevaron a las puertas del paraíso.

          Tuvo una regresión  llegaron a su mente recuerdos de su vida hace 400 años hacia atrás, un plebeyo intocable para  ella era.

          Ella de la corte real de Portugal de alta alcurnia.      

          Ella lo desea como hombre en reencarnaciones se amaron en forma salvaje, se le acuso de herejes,  fueron condenados a morir en la hoguera por  la santa Inquisición, que de santa solo tenía el nombre.

          Fueron quemado, sus lamentos de dolor e impotencia retumban, en aquella plazoleta de Lisboa… maldicen a los presente  a sus descendencia a las penas del Dios verdadero y no al Dios castigador,  el Dios del amor, tienen la seguridad de su reencuentro para vivir su amor único verdadero.

       Frente a frente  mirándose como sus cuerpos arden con gritos desgarradores,  se consumen hasta el último aliento se juraron amor eterno en un Puerto de Portugal en rl año 1549, en el año de

de nuestro señor Jesucristo.

           Ellos al encontrarse en aquel encuentro que Lucia Vera,  llega a los brazos de José Santos, al ver esos ojos verde limón su pupila se reencuentran en aquella ruta por los valle Limarino cercana al Puente La Mostaza, centurias  más centurias, saltan de un brinco a ese instante, que se cristaliza con aquel beso robado por José.  

          Con aquel beso de súbito se ven en aquella hoguera maldita, ven a los culpables de la corte de La Santa Inquisición, ven a un hombre  una mujer cómplice de aquel crimen doble por la ignorancia, poder de La Santa Inquisición.

          Aquel hombre su mano le acaricia el cabello, solo se ve un anillo de calavera con esmeraldas en sus cuencas, a una mujer con un rosario, con el Cristo invertido en la cruz en su pecho, observa a los enamorados que mueren  de dolores atroces, mirando a los culpables, ellos son inocentes.   

        Que no los dejaron que se amaran, para ellos era un amor maldito, que no debía dar frutos.   

        Ambos eran seres espirituales de gran poder,  400 años después se rencuentra en la época de 1949, en aquel Tren 379, rumbo a las Salitreras Nortinas.

         El Jefe de Estación, hace sonar una gran campana de bronce, del tiempo de la colonia

        Y grita      

     _¡¡ Pasajero al Tren!!_

         Comienza Bramar el Caballo de acero, Juan Soldado a la vista, se comienza a distanciar de la costa pronto llegaran a la Estación Almirante La Torre en la misma desolación, la aguada  se mezcla con el vapor expulsado por aquella maquina 379.   

        Flota entre nubes, más al norte a la lejanía divisa un mineral de fierro, llamado El Tofo, donde sus habitantes viven colgados de las nubes de las alturas, de lejos la gente cree que viven en la nubes, allí está la cordillera de la costa, rica en minerales  de hierro cercana a la Ciudad de los Cien Campanario. 

     Las Tres Cruces en plena desolación, se ha dormido en el tiempo, unas cuantas casas, soportan airosa el paso del tiempo,  ven pasar aquel Coloso de acero, cual espejismo de la nada.

     Lentamente dejan a sus espadas aquella loma con Tres Cruces, y su túnel de tramo corto, donde los parraquianos relatan pequeñas historias , que resaltan con aquel celeste luminoso único,  de aquel Norte Chico.     

      Las líneas de acero, encandilan con la incandescente luminosidad solar sobre ese árido paisaje del desierto chileno.

        Aquel Coloso de acero lleva al grupo de pasajero al poblado de Incahuasi,  Cachiyuyo,  por la Pre Cordillera se interna rumbo aquel norte desolado, pero rico en riquezas.

     Helena mira la sequedad del aquel paisaje, y se pregunta porque estoy aquí.

     Ella está en trances hipnóticos por Los Arkais de La Ciudadela, le tienen una misión.