domingo, 30 de octubre de 2016

Capítulo UNO.

Los Mantos . Región de Coquimbo - Chile

Amanece, la luna se esconde tras del cerro grande, los gallos, nos despiertan , más Don Toribio, hace sonar el pito, para que los turnos , entre tanto Don Toribio, dialoga con Jelvez, de regreso hacia su casa ubicada atrás del Teatro, donde también vivía yo con mi Padres e hermana, con un loro que se escapó en la una ocasión , con patos, gallinas , gatos, pavos, perro, volvamos a ese caminar de Don Toribio con Jelvez el dialogando con su propio yo , le decía tenemos que retirarnos de esta compañía, ya nos estamos poniendo viejo y estamos cansado. .
Continúa el ese proceso de robarle las riquezas a la madre tierra, soy hijo de Tomas y Lucila, él trabajaba en la Maestranza , en su torno dando forma a piezas con su girar eterno en ese espacio con olor a aceite y metal quemado, también bajaba a la fundición a darle nuevas forma al bronce y aluminio , también caminaba hacia la bodega donde estaba Gallardo , a cargo de esas bodegas, más arriba estaban los laboratorios donde se realizaba el muestreo de los metales para saber las leyes, habían, también la planta con su torreón de acero donde estaba la jaula donde los mineros bajaban a las entraña de la tierra, a usurparle sus riquezas, desde la planta se veía completo el campamento, con su avenida de moras, , su hoyo con agua, su cantera, la pulpería, y sus campamento de oro que El Sol lo hacía resplandecer , con un Dorado de pepitas de Oro, también se veía la quebrada y su cancha de fútbol y el bosque, y esa quebrada que en años buenos bajaba bramando cuesta abajo, con la fuerza de la naturaleza, Mantos de riquezas , y riquezas de tanta vegetación que el hombre con sus ambiciones van destruyendo su hábitat, por un monto de dinero, para satisfacer las hambres personales. Mi Padre con sus mamelucos de mezclilla, con su jockey, y sus camisas de lanilla, y su pucho en sus labios, y no se lo sacaba, y caí su ceniza, mi madre en casa cuidando patos, gallinas, pavos , y cultivando sus rosas blancas, y cuidando sus nísperos, paltos, cedrón, duraznos, damascos , cañas y parrones de unas uvas negras con sabor a cielo.
Por El Salto del Agua, viene El Padre Sol, iluminando ese pequeño campamento de casa pintadas en oro y letras de plata, por sus calle corrían bolitas de mercurio, desde las chimeneas de los hogares mantinos comienzan a dibujar en el cielo figuras con las ayuda del viento, comienzan a llegar a nuestras narices olores al amanecer.
En cada hogar se preparar para comenzar un nuevo dia, en la madrugada Don Jorge Roco, prepara su micro, para salir a las 7 de la madrugada, los dias lunes, miercoles, viernes se realizaban dos viajes y los otros días que no eran de feria un solo recorrido, nuestra locomoción para viajar a la gran ciudad Ovalle, en el viaje se recorrido por Pueblo Nuevo, luego la calle larga y única Caupolicán , de Punitaqui, pasar quebradas, para pasar por las ramadas, y allí había un desvío hacia Camarico, el camino era de tierra y lleno de calaminas veníamos dentro de una batidora, subíamos por la cuesta del hinojos, para ver bellos valles en ese tiempo remoto estaba deshabitado y sólo esperando las lluvias para la siembras de trigo a rulo , estaba Nueva Aurora, el cruce hacia El Altar, subíamos y llegábamos a La Cruz Colorada, y continuaba el gran viaje hacia Ovalle, pronto estaría Los Dos Aviones, para comenzar a ver a lo lejo en el valle la ciudad, los Leices asomaban a nuestras pupilas, y el río Limarí, pronto se cruzaba el puente y nos recibían los olores del bosques a la entrada de esta pequeña gran ciudad, recorríamos cuadras más cuadras hasta llegar a la alameda, allí frente a grandes Tiendas La Campana, se estacionaba el bus, y desde allí los habitantes recorrían todos los negocios, en tiempo más atrás me relata un tío Héctor Araya Rojas, que todos llevaban sus cosas en unos sacos de harina del Molino Corral. Y subía el pioneta, el cargamento y le decían con la boca amarrada, pues el saco le hacían un gran nudo para cerrar el hocico de ese saco de osnaburgo,y cuando los pasajero se bajaban quedaba la confusión, pues todos los sacos eran similares. En ese tiempo allí estaba la feria libre, estaba todo en esa maravillosa Alameda , allí estaba un fotógrafo minutero con su caja para detener el tiempo, y llevar la plancha y el positivo con ese instante robado al tiempo, anterior a esta micro de Jorge Roco estaba la Esmeralda, y anterior algunas góndola mezcla de camión , con micro .
Estaba Godoy, el tranquilino ,era albañil, con su yerno Pedro Garay , que siempre se saludaban como estay Garay bien Godoy.. Garay era carnicero y faenaba chancho, porcino , o puerco que es lo mismo.
Oscar Henriquez, más conocido como negrito Pino , quien era nuestro encargado del Teatro y de la música al atardecer, recuerdo a Javier Solís , Antonio Aguilar, y la música viajaba por los aire e invadía con sus bellas melodías alegrando el atardecer y crepúsculo de todos los habitantes del Campamento y sus alrededores , y cuando soplaba el viento su música viajaba hasta media luna, y el salto del agua.
El Teatro tenía dos parcos con sillones de cuero negro que se ubicaban cerca de donde se proyectaban esas mágicas películas del antaño, cine mexicano, europeo, de Estados Unidos , y aún recuerdo esa película chilena largo viaje, donde el protagonista es un niñito pequeño, que corre tras las alas de su hermano un angelito que falleció , y antiguamente lo velaban de esa forma, en Los Mantos fui al velorio de un angelito, estaba frente al negocio de Liborio Rojas y su señora Lucila.
En ese tiempo cuando se proyectaban en Punitaqui y los mantos la misma película , así que había un ciclista que corría con los rollo de aquí para allá y de allá para acá, así se demoraba solo había que esperar , era los mismo para los dos pueblos, habían galería unas banca de madera, bien dura aquellas asientos y los demás se sentaban sobre el piso de tabla.
Don Juan Escudero, era un comerciante de tela y ropa , casado con la Sra Elisa Farfan, él comenzó caminando vendiendo su mercadería , luego una bicicleta, para luego en su Hermoso cucaracho negro, un auto que se lo vendió un jefe de la mina del Delirio, que quedaba cerca del campamento , el con su cucaracho negro se estacionaba en la oficina de pago y allí los trabajadores con su sobre de pago , hacían sus compran, para llegar a sus hogares con telas multicolores y calcetas ropa interior de un todo, y también existía en el Campamento La Pulpería, y varias carnicerías, y Don Alamiro el mascalatabaca, con sus helados de canela, frutilla, no recuerdo si tenía de Mora, con su carretón tirado por su fiel asno recorría el campamento.
Majunja hacia el aseo y limpiaba la corría de baños con kreolina, había cuatros block dos de damas y lo otro de varones.
En las otras cada del Campamento tenían baño cada casa, con su ducha y unos estanque aéreo de fierro fundido, con una cadena, uno tiraba la cadena y del cielo bajaba el agua .
Osvaldo Cuello conocido como foto romance era el fotógrafo del campamento y el también retrataba a los Punitaqui, Pueblo Viejo y Pueblo Nuevo.
Anteriormente varios años hacia atrás había un peluquero y fotógrafo Isaías Ramírez.
Ester Donoso, peluquera vivía frente a Don Oscar Castillo, y su Sra Nilda Vega, con sus hijos Vilma, Carlos, Betty , José, Óscar, María, y Patricio nació en Ovalle , ya que a ellos y a muchos mantinos después emigraron hacia La Perla Verde del Limarí Ovalle, en las Poblaciones Fray Jorge , Población Limarí, Carmelitana, José Tomás Ovalle, Atena, otros por Coquimbo, y hacia Punitaqui un gran número de Mantinos.
Sra Ester casada el maestro Oscar Guerrero, gran Soldador de la maestranza., y bueno para empina el codo, junto con El Maestro Miguel Contrera, quien llegó primero , como administrador del casino, junto con su buena moza Sra Silvia de hermosos ojos verdes, allí llegaron con sus hijos, María José, y dos más que no recuerdo su nuevo mire, el debido a su vicio de bebedor , se retiraron del casino, quedando la Sra Uberlinda Egaña, su esposo Don Ernesto Jofre, en tanto Don Miguel se comenzó a desempeñar con mueblista.
Hacia la planta cargado de metales un antiguo Ford, que para el arranque usaban una manivela, era conducido por Richard, lo recuerdo con sombrero de paño y un reloj de cadena, dicen que el le pasó billete a la compañía, pues Los Mantos estaba en quiebra entre los años 1965 a 1972 , a él le decían el billete largo.
Camino hacia El Salto del agua , había, primero subiendo hacia la Puntilla donde vivían Los Palmas, y más allá, la casa de Bomba, donde sacaban aguas para los 3 Estaques, que nos abastecían de ese oro líquido trasparente ese oro es vida, es sobrevivencia, había uno sobre El campamento , que se dividía en sectores, uno con una corrida de baños que los mantenía como espejo,y desinfectado con Kreolina, El Majunja , esas casa tenían los dormitorios, y comedor, en un sector, y saliendo hacia el frente la cocina, los baños eran comunes.
El otro sector estaba todo unidos, la casa completa, luego estaban las piezas de los solteros, la casa de huéspedes , la gran casa del administrador , y más allá estaba La Maestranza , las bodegas, fundición , planta, aserradero, retén de carabineros, nuestras Escuela, oficinas de administración , y esas casonas que estaban atrás de La Escuela
Continuará

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        EL HUNDIMIENTO de LA ESMERALDA

En el Campamento de Los Mantos, en esos años mozo existía un camión mixto llamado la Esmeralda, cuyo dueño Don Juan Gallardo, en tiempos pasados era el que transportaba , a los habitantes de aquella ciudad de casa de oro, con letras de plata en cuyo cerros habían riquezas de la Madretierra, y habían cantos de aves y vegetación con olor a salvia , ortiga, boldo, litre ,ñipas. , que nos aromatizaban el Campamento.

 Aquel camión de color celeste con blanco, regresaba al Campamento por la Avenida de moras y de un santiamén, se lo trago la tierra por un asentamiento, de material ya que por faenas mineras el terreno de aquel Campamento encantado cedió bajo sus zapatos redondo de caucho, y mordieron la tierra de oro y mercurio, se confundía el celeste de aquel camión mixto con el celeste del cielo mantino, algunas coquetas nubes blancas le cerraban un ojo a Juan Gallardo conductor de esa Gloriosa Esmeralda, que se sumergía y igual que la Esmeralda que en la rada de Iquique, se hundía en ese océano , en aquella guerra del pacífico con su Capitán Arturo Prat Chacón


Allí casi sepultada aquellas reliquia de la locomoción Mantina, miraba al Sol de oro desde aquel socavón y más allá hacia el otro huinche que quedaba camino hacia la cantera, se produjo un gran hundimiento de tierra y allí quedó un gran hoyo de aquel campamento de oro, se transformó en laguna de color Esmeralda, por los sulfuros de metales de aquellas tierras encantadas, y allí todos soñábamos ser marinero y navegar en esas humildes bateas de madera, con su corcho guardado de alguna tomatera.
La Esmeralda salió a flote desde esas tierra blanquecinas de aquella avenidas de moras, que conducían al Campamento.

Hay tantas bellas historias entre esos cerros de riquezas que aún algunos atesoran en su memoria
Lunes de noviembre, he regresado de las alturas, de tierras de sacrificios y dolor.. El trabajo de los criaderos en la soledad de las montañas, con más compañías que sus animales, nos reciben con su hogar a puertas abiertas, Don Mario Aliro, ya tenía la leche de cabra que el mismo ordeño en la madrugada a las 3 de la mañana, ordeñando con sus manos a 150 cabritas, que habían parido en días anteriores, la leche la desposara en n gran fondo reluciente como los primeros rayos del Sol al comenzar el día , allí le agrega el cuajo para cortar la leche, en entre su casa y las altas montaña de Piedra Lisa, se ven unos paños ondear con el Mistral andino, se divisan entre los cerros su piño de cabras, y sus caballos de gran hermosura .
Don Mario Aliro , dice quien de Uds quiere queso, está su hermana haciendo queso , su sobrina caperuza para esas labores comienza a hacer los queso, yo escojo un molde realizado de madera de alamo, reluciente, y colocó un paño dentro de aquel cuadrado, y comienzo a sacar leche cuajada desde aquel gran fondo, con un colador saco de ese material, lo apretó un poco y lo voy colocando, en ese cuadrado con el paño que se enjuago primero en la leche con suero, todo esto puestos en una especie de batea, con inclinación que el suero que salía iba a para a otro recipiente, se comenzó a llenar aquel cuadrado de alamo, la leche cuajada salía hacia arriba, se envolvía aquel paño , y se apreta fuertemente, con una prensa humana, y comienza a tomar la forma de aquel cuadrado de madera, se da vuelta y se hace la misma tarea, luego se daca del paño y madero y se mira como va quedando, y se vuelve a colocar el paño con aquel queso fresco que ca tomando forma, cual artesano, con la arcilla en sus manos, una vez listo se saca el paño y sólo queda en aquel cuadrado de álamo, y se le deposita sal, y se dejan reposar.
Don Mario Aliro, nos regala queso a cada uno lo que hicieron sus queso, preparar ricos mate de leche de cabra, con tortillas realizada con brasas de aquel paraje de Piedra Lisa, después del almuerza , nos pues nis condujeron a los Castillo de Piedra de Maria Paz, en aquellos Castillos de piedras de corazones dibujados por la Pachamana, allí habían árboles de Pulpica, Chaguar, Romerillos, nipas, y yerbas que Nano Ochoa, lo conocía todos, con su Señora , los tres recorrimos aquellos Castillos de Maria Paz
Al atardecer regresamos al Cuyano por caminos de difícil acceso, Pedro Rivas conductor de gran pericia nos trajo sano y salvo, gracias ,Sra Maria por invitarme a ver la Majada de Piedra Lisa, donde su hermano Don Maro Aliro, un Criancero de nuestras provincia del limari, comuna de Monte Patria
Uno no busca la foto, se da por magia, si busca no encuentra, solo camina, y mira, los lugares y las persona se ubican solo en un baile del presente, tiene que ir a yoga, para que tu ser interno tome el obturador de tu cajita mágica, solo camina y no busque, tu no obtura, hay alguien en tu interior que ve mas allá de lo real, y allí se produce la danza del instante presente, y todo se ordena para que tu dirijas el momento , pero sin mente en satori
Paseando con la cajita mágica
Volé lejos de la cordillera , hacías las tierras del calor, y océanos color turquesas, aguas tibias, con arenas albas y finas , diferentes costumbres y otro idioma.
El Sol salía no se de donde, buscaba mis montañas, estos amplios horizontes, y sus bóvedas de miles de estrellas y esa magnifica galaxias que la puedo tomar con mis manos y olores a rosas y a menta, toronjil , olor a esta tierra limarina, y el dialogar en cada esquina de mi ciudad.
Grandes construcciones, grandes casonas, con mesas de mármol , mármol en los lavalozas, pisos de piedras de esas maravillosas tierras del lado del Atlántico, palmeras que daban frutos de aguas y coco, trinar de aves multicolores, y ese océano que se conecta con el viejo mundo .
Aires artificiales , respiraba toda la noche , amanecía temprano antes que el gallo entonarán sus buenos días, pero no estaba los gallos , habían gente bellas, de figuras estilizadas , en las tardes el aire cálido , golpeaba mi piel limarina, Mantina y punitaquina .
Regrese oler aroma a te remojado, con canela, y yerba buena, pan amasado compartidos con los amigos de años y mas años. Llegue al ritmo 8.4 y a ese replicar y replicar y al mojarme con estas lluvias torrenciales .
Quedan en mis recuerdos ese inmenso país de grandes llanuras y esos aeropuerto cosmopolitas de todas las razas en un deambular en busca del regreso hacia esta franja angosta y larga mi patria, que El a universo nos obsequio todas las maravillas del mundo en esta pequeña tierra.
Agradezco a varias personas muy cariñosa, aunque no me entendían mi hablar , yo a ellos le comprendía todo , todo .
Regrese a esta tierra mágica , aquí nosotros aquí tan golpeados por la naturaleza, y seguimos con el mismo cariño, por estos valle dibujado por Dios, con sus cerros, montañas y cordillera, y ese mar pacífico , de otros tonos pero igual de bello.

CAMPO SANTO EL ALTAR COMUNA DE PUNITAQUI










LARRAIN & WESTON



KINDER PLANETARIO


lunes, 17 de octubre de 2016

THE CLINIC 
 REPORTAJE A DON SERGIO


Hoy tiene 75 años y vive en Tulahuén, un pueblo enclavado en la montaña, al interior donde medita, pinta y escribe pequeños textos místicos que circulan entre sus conocidos. No habla con nadie, excepto con un grupo de discípulo Ovalle. Allí os a quienes enseña yoga los segundos martes de cada mes. No ve más a sus amigos ni tampoco a buena parte de su familia. Muchos de sus parientes le temen a sus enojos y se negaron a hablar para esta nota. Todavía saca fotos, a las que acceden sólo sus más cercanos. Sus temas hoy son las flores y los paisajes luminosos.

EL PASADO NO EXISTE

Hoy es sábado 6 de mayo y hace cuatros días Sergio Larraín regresó a Ovalle después de pasar dos meses enteros meditando en la montaña. Paz Huneeus, la madre de su hijo Juan, acaba de estar con él. Dice que lo encontró demasiado pesimista, hablando de la guerra y de la miseria de los hombres.
Le dio rabia. Ella quería tocar temas terrenales como los hijos y los nietos, pero él no la escuchó.
La puerta de la casa de Larraín no tiene timbre. Golpeo pero nadie contesta. Un vecino me sugiere que insista. Tiene que estar adentro. No lo han visto salir.
Entonces se abre la puerta y Sergio Larraín Echeñique, el fotógrafo que inmortalizó Valparaíso y que engañó al capo de la mafia siciliana aparece en el dintel, vestido con pijama de franela y un chaleco tejido a mano. Se ve flaco y encorvado. Su pelo es canoso y le faltan dos dientes: uno arriba y otro abajo. Pero su mirada es fuerte, directa.

Sergio es conocido en Ovalle como un hombre místico y tiene un grupo de seguidores que lo llaman ‘el maestro’. El segundo martes de cada mes, se junta con ellos en un gimnasio público donde hace clases de yoga y les explica su filosofía de vida centrada en la búsqueda del presente. Durante estos años ha escrito una decena de pequeños manuales que él llama ‘textos para el kinder planetario’ y donde reseña ideas como ésta:

‘EL UNIVERSO ES UNIDAD, ESTÁ TODO JUNTO, AL MISMO TIEMPO, AHORA. PARA VOLVER A LA REALIDAD ES NECESARIO HACER YOGA’.

En mi mano, tengo el libro donde aparece esa frase. Sergio lo nota y de inmediato me invita a su casa. No me pregunta el nombre ni tampoco me da tiempo para decirle que soy periodista. Simplemente habla, habla y habla. Dice que estoy en el lugar correcto, que hace seis mil años se dedica a la búsqueda espiritual. Luego, saca de una caja de cartón otros libros para regalarme. En el living hay sólo eso: cajas.

Salimos a una galería que da al patio. Los muros están adornados con pequeños cuadros que él pinta al óleo, usando la técnica realista que aprendió de su amigo Adolfo Couve. En una mesa hay una figura del Buda y una foto a color. La imagen retrata a tres personas sentadas en una calle de espaldas.
Sergio continúa hablando acerca de su filosofía mística. Mientras lo hace, cierra los ojos y pone las manos en posición de rezo. Acto seguido, camina hacia el patio y apunta a la luna con el dedo índice. Dice que la luna es la última nota de la escala cósmica, que la primera es Dios y que mejor pasemos a la cocina. Antes de mi visita, se estaba preparando unas espinacas. Cierra la puerta. No quiere que los gatos se coman la mantequilla. Nos sentamos en la mesa. Al lado hay una escalera, que da hacia un altillo donde él medita. Paz me ha dicho que debajo de ese altillo hay un cuarto oscuro donde revela de vez en cuando las fotos que saca ahora. Miro bien y efectivamente ahí está el cuarto.
De pronto Larraín me pide que baje el mentón, que cierre los ojos y que conecte mi centro energético con la tierra. Larraín se calla por primera vez y sólo escuchó el miau de los gatos y unas gotas de agua que caen en el lavadero. Abro un ojo y lo veo concentrado, hasta que golpean a la puerta. Sale disparado y regresa acompañada de un discípulo. Le cuenta que hoy amaneció con mal pulso, que no puede escribir y que sus textos tienen dibujos porque todos nosotros somos niños intentando comprender el caos de este mundo.
De pronto, toma un lápiz y me pide que anote en la primera página de uno de sus libros una frase que acaba de pensar y que podría completar sus teorías: ‘Un planeta y una humanidad sin contradicciones, para incorporar al universo en nuestra mente y no quedarnos fuera de él’. Luego se pone inquieto. Dice que tiene mucho que hacer, que me vaya con los libros y que ‘por favor’ difunda todo lo que he escuchado, que esto es para todos. Me explica, además, que puedo sacar fotocopia y repartir sus textos a toda la gente que quiera un mundo bueno.
Tal como me hizo entrar, me saca de su casa. En el dintel de la puerta me detiene. ‘Párate en el “kath”, dobla un poco las rodillas, baja el cuerpo. Así pesadita. Conéctate con la gravedad, cierra los ojos. Estás aquí y ahora, el pasado no existe y lo que viene tampoco’.

NIÑOS VAGOS Y VALPARAÍSO

Muchos fotógrafos han hecho este mismo viaje a Ovalle para hablar con Larraín de fotografía y han salido de ahí sólo con sus libros de pensamientos metafísicos. Lo cierto es que a partir de 1970 Larraín olvidó todo su trabajo. El mejor ejemplo es el libro “Londres” publicado recién en 1998.
Las fotos fueron sacadas entre 1958 y 1959 cuando Larraín estaba becado por el Consejo Británico para estudiar foto. Pero las imágenes permanecieron 40 años en el archivo de Mágnum hasta que Agnés Sire –actual directora de la Fundación Henri Cartier Bresson- reparó en ellas y quedó impactada. ‘La bruma, la soledad, las aceras, los parques o los bares, el poder del dinero. Esta visión de Londres sin embargo tan íntima, no por ello deja de ser significante; hay quien ha reconocido en ella a los personajes clave de la literatura inglesa’, escribió Siré en la retrospectiva de 1999.
The Clínic entrevista de la Periodista que se menciona en el capítulo TRES Encuentro con Don Sergio.

sábado, 15 de octubre de 2016

DOMINGO MALDONADO


Hijo de Don Rubén y Sra Olga , nacido en Los Mantos, entre piedras de cuarzo claveteada con oro , amigo de infancia, compañero de travesuras de niños, el tiempo forjó en ti, la dureza del trabajo de pirquinero, con el capacho de cuero de vaca , que era más duro que el acero, con tu sudor y trabajo ese capacho se trasmutó en tu piel, tus músculos se tensaron con la fuerza de los mantinos  gente de esfuerzo y con un alma grande, éramos todos una gran familia, todos somos amigos de nuestros amigos .
Todos te decían "Chumita",tus padres y hermanos y amigos de trabajo y parranda.
Tienen grandes recuerdo de tu amistad y tu fuerza en el trabajo , con tu capacho subía desde el fondo del pirquin cargado con trozos de rocas para arrebatarle a la pachamama sus tesoros, con tu lampara a carburo, y su pantalla de bronce reluciente que hacía de foco para esa llama de la lámpara que en la oscuridad de los subsuelos mantinos , veías esos pequeños soles en las profundidades de la tierra, salías con tu capacho de cuero de vacuno, para depositar tu cargamento en una pila , y luego con un macho , las ibas achicando, y con aquel cacho , veías en esa puruña, la ley que iba a dejar esa remesa de metal . fuiste sabio en tu trabajo, quedaron recuerdos de tus trabajo en un documental de Frutos del país.
Chumita dejaste una familia en Punitaqui en la tierra que te adopto luego que nuestros campamento se esfumó en el aire, y el solo vivirá en nuestros recuerdos, pero las cosas de la vida tus padres llegaron a una nueva población en Punitaqui , y la calle que Uds vivieron y a un viven tus hijos y nietos, y hermanos. Se llama Los Mantos.
Una cruel enfermedad te arrebató tu fuerza , te despojo de tu acero, pero no te tu alma, tus hermano se unieron para dar la pelea , contra el destino que te quería destruir,y llegó tu hora amigo te fuiste en Semana Santa, a reuniste con tus padres en aquel cementerio pastoral, donde moran tantos mantinos, allí también están mis padres. Y también muchos trabajadores que murieron muy joven, por enfermedades de la minería, y accidentes de la mina.
Domingo Maldonado con tu rostro brillante, con tu brillo iluminabas los socavones bes buscando la veta que te gusta va a convertir en el Rey Mida, tu desde siempre amabas esta tierra mantina donde por las calles brillaba el oro y mercurio, y cuando bajaba la quebrada como su sonido torrentoso, dejabas pequeñas colitas de oro en las aguas en reposo, que luego desde allí nacían renacuajos que luego serían lindas ranitas cantora de aquella quebrada mantina. Amigo Chumingo descansa en paz en aquel campo santo, de tantos seres queridos, que esta naturaleza nos quiere arrebatar dicho descanso eterno con este movimiento de la madre tierra.

viernes, 14 de octubre de 2016